Por JUAN TOMAS TAVERAS
Dice la Biblia: “Huye el impío sin que nadie lo persiga”, este texto parece adecuarse muy seriamente a la realidad periodística, judicial y mental que padece actualmente, el hombre que ha logrado acumular más poder, riqueza, ostentaciones y complicidades en toda la historia de la República Dominicana: Leonel Fernández Reyna. El emporio económico que ha logrado construir desde su silla presidencial, rebasa en billones de pesos, dólares, libras, yenes y euros, la cifra actual o ponderada de la acumulación originaria de todo el rancio empresariado nacional, (desde las colonias hasta hoy). De igual forma el blindaje político-judicial con el control casi absolutos de todos los poderes del estados: formales u oficiales y fácticos.
Este hombre de más de cincuenta años cumplidos, y cercano a la especial condición de abuelo, ha sido Presidente de este país en tres ocasiones. Confieso con toda responsabilidad y sin temor alguno, que en aquel lejano 1996 junto a miles y miles de dominicanos en edad de votar, nos fascinó con su presencia modesta y respetuosa, parecía un honrado e inofensivo maestro de escuela, con su hablar refinado de intelectual, marcado por su siseo que parece genético, y votamos por ese hombre que atrajo mayorías y entró en la política del patio de la mano de dos caudillos octogenarios: Joaquín Balaguer y Juan Bosch.
El daño que le ha hecho “el reinado de Leonel Fernández” a esta nación es irreparable. Lo que ha dado lugar a los niveles de deterioro institucional, ético y moral como nunca antes, consecuentemente, hoy nos arropa la corrupción, el crimen organizado, la impunidad, sin esperanza a la oportunidad del desarrollo integral y ni a las garantías de un estado social y democrático de derecho. Es incierto nuestro futuro como país soñado por Duarte, Mella, Sánchez y Luperón.
Su primer gobierno, en una forma muy cortés, arrastró la nación a lo grande. Fue un gran salto hacia adelante, salvadas las distancias, semejante al dado por la China de Mao. Se aumentó desproporcionadamente el tamaño burocrático del Estado. Haciéndonos creer que más es mejor. De ahí surgieron Secretarías ahora llamadas Ministerios, nuevas provincias y municipios que aumentan los congresistas y los alcaldes con exorbitantes pagos de nominas y salarios, para todo lo inimaginable e impensable, con tal de aumentar el gasto, dilapidar fondos, pagar regalías, bonos ficticios, exoneraciones, combustible, teléfonos, gastos de representación, apartamentos en torres de lujo para queridas y amantes de ambos sexos, en fin, ese cuatrenio fue el inicio del establecimiento de lo que vivió la nación en la tercera ola de su mandato, dos mil ocho a dos mil doce. El país fue abierto al exterior como nunca, viajes y viajes, Cónsules y Vice Cónsules, Ministros Consejeros, etc. Luego de los cuatro años del hoy “partido” Partido Blanco, el Mesías de Villa Juana, regresó fácilmente al poder, ante las crisis bancarias y el desbarajuste de la moneda nacional. Lo elegimos porque pareció preferible a seguir en el hoyo en que habíamos caído.
Es imperativo citar al incomparable Nelson Mandela: “Sino hay comida cuando se tiene hambre, Si no hay medicamentos cuando se está enfermo, Si hay ignorancia y no se respetan los derechos fundamentales de las personas, la democracia es un cascarón vacío, aunque los ciudadanos voten y tengan parlamento.” Nosotros debemos agregar: si no hay justicia para juzgar y encerrar a los corruptos que viven con impunidad, si no hay educación para crear conciencia y entender nuestras responsabilidades: ( cumplir deberes, exigir derechos, rendición de cuentas, medir resultados de la administración pública), si no hay igualdad de oportunidades para acceder a la producción, si no hay seguridad para transitar en las calles, si no hay valores éticos y morales para condenar la corrupción y respetar la ley, la Democracia es una caricatura. Así es la nuestra, una caricatura de democracia (…).
Queremos hechos no palabras. En este “zoom politicum” en estampida interior y perseguido por fantasmas y gnomos, se conjugó o cumplió la frase que dice “el poder corrompe, pero si el poder es absoluto, corrompe absolutamente”. No ha quedado un solo estamento de poder o de organización humana que su dedo benefactor no haya convertido en una podrida llaga. El ejercicio político se ha vuelto una vulgar casa de prostitución, y los partidos han venido a ser retretes con pestilente carne podrida a la venta del mejor postor. Pienso que no debería huir intentando refugiarse primero en el Parlacem, una especie de foro de vagos alimentados por sus Estados, que se reúnen cada cierto tiempo con todos los gastos pagos, viáticos, vuelos, alojamientos, cenas, recepciones y un largo etcétera, para eso, para parlar y parlotear bonito, para hablar y presentar propuestas y soluciones a los grandes retos y desafíos nacionales, pero que caen en el baúl del olvido, por el cinismo institucional de los gobiernos y de los dueños de los Estados.
Tampoco debe amenazar con esconderse en la Organización de Estados Americanos, OEA. Organismo inútil e infuncional, chapado a la mente de la guerra fría, que utilizan como meadero interamericano los Estados miembros. Allí van los mismos vagos y fantoches de la política contemporánea, a hablar y parlotear, a redactar informes interminables, a leer conferencias, a escribir inútiles relatorías, a organizar talleres, y a hacer turismo y figurear en fotos y videos, para abultar sus egos y justificar todo el dinero en dólares que les pagan por su trabajo de parasitismo oficial. Tampoco debe aspirar a presidir o cabildear algún puesto que le garantice inmunidad en la Organización de las Naciones Unidas, o en cualquier otro organismo regional. Inmunidad e impunidad han llegado a ser una misma cosa. Aunque reconocemos, que a pesar de las denuncias y ataques en los medios, República Dominicana sigue siendo su mayor garantía de impunidad e inmunidad. De ahí su insistencia en seguir controlando y adquiriendo cada vez más medios de comunicación y a sus comunicadores para la manipulación del electorado pos sus aspiraciones presidenciales en las elecciones del 16.
Leonel no debe huir, porque igual que al impío de la Biblia nadie lo está persiguiendo, salvo el tribunal de la Historia. Los archivos de la Procuraduría General y de la Procuraduría Fiscal del Distrito, han tenido que aumentar su capacidad de almacenamiento para engavetar y pretender cubrir con el manto del olvido y la descarada impunidad, todos y cada uno de los voluminosos expedientes que les van llegando, de Leonel y sus testaferros y cómplices. No debe huir porque ninguno de sus cómplices de toga y birrete lo va a encauzar. El último acto de engavetamiento le garantizó un respiro más, en lo que se van detectando auditorías y preparando expedientes nuevos sobre cada uno de los casos que comparte con sus más de cuarenta ladrones y su Gato Feliz. Su empleada, que le debe el puesto y su carrera a su dedo de benefactor, no va a afilar cuchillo en contra de la garganta de su patrón. Lo que no han tomado en cuenta, es que este megalómano, al que nadie persigue más que su adormecida conciencia, quienes han archivado esos expedientes, es que han ofrendado su futuro político ante los pies del lector furibundo y comentarista de portadas y contraportadas de libros, para darse ínfulas de intelectual de fuste.
El monaguillo de Santiago, ahijado del Cura multimillonario de la sotana, Agripino Núñez Collado, que se ganó el reconocimiento casi unánime cuando fue Fiscal del Distrito en el primer período del “Príncipe de Villa Juana”, también cayó en la emboscada de declarar periodísticamente la inocencia de su patrón, alardeando de ser su amigo y profesándole lealtad. No estudió el expediente, ni habló por sentencia, sino que evacuó, en el antiguo sentido de esa palabra, unas declaraciones de prensa descartando toda iniciativa de sanción y blindando a su jefe político, con un manto impenetrable de impunidad. Tal vez eso le creaba una deuda para poder, a sus anchas y por intermedio de su propio bufete de abogados, poner en fuga a un estafador internacional, cliente de su hermano. También sepultó sus posibilidades políticas en el altar de su corrompido y corruptor patrono. Pero el problema no es esos lacayos que se sacrifican por su amo y Señor. El problema es que esas acciones de protección y blindaje del hombre que ha logrado contaminarlo todo en la nación dominicana, deberían evitar su huida, darle confianza en SU justicia, pero anda huyendo sin que nadie lo persiga.
“El Príncipe” debe sosegarse, relajarse y sentarse a esperar para regresar cómodo y tranquilo en el 2016. Debe dejar de huir, porque sus intentos de escapar hacen creer que tal vez se siente culpable, o no confía ciegamente en sus cómplices y en toda la estructura de IN justicia que el mismo ha creado y está toda puesta a su servicio, capricho y voluntad. Leonel debe cerrar los ojos y dejar de ver, en la oscuridad de las afueras del poder, tantos fantasmas que lo persiguen y atormentan. Como este pueblo adormecido, servil, tonto y amemao olvida pronto, volverán a votar por él masivamente y regresará con su cara bien fresca, sonriente y relajada, entre serpentinas, luces, música y confetis, pero con su mente llena de pensamientos siniestros y perversos a acabar con lo poco que quede y de lo poco que ha dejado el actual Gobierno, quien a fuerza de tesón y sencillez, está tratando de rescatar y reparar, luego de las desastrosas administraciones del insustituible Leonel Fernández.
Los lacayos archivadores se postrarán ante sus rodillas a recibir el pago de sus servicios y complicidades. Los gobiernos de este Predestinado por la Providencia, han creado en la mente colectiva la certeza de que los Políticos son enemigos de los pueblos que les toca gobernar, representar y administrar. Que los funcionarios son una horda salvaje de asaltantes despiadados. Por eso, aparte de los besuqueos y cargaderas de niños sucios y pobres durante la campaña electorera y clientelista, las relaciones entre los funcionarios y las comunidades son de gran desconfianza y recelo. Leonel no debe huir, sino esperar la silla. Si hubiera justicia en este país, otra silla lo esperara de seguro y le desvelara las sombras de sus fantasma.