EL CAIRO. Los 22 miembros de la Liga Árabe eligieron el jueves a un veterano diplomático egipcio para dirigir el órgano. Ahmed Aboul-Gheit era el único contendiente al puesto. El nombramiento llega en un momento crítico para el Medio Oriente, ya que Siria cinco años de guerra civil, hay conflictos subsidiarios entre Arabia Saudí e Irán, y se libra una batalla feroz contra el grupo Estado Islámico en varios países árabes.
Era ampliamente esperado que el egipcio Aboul-Gheit, un ex embajador para las Naciones Unidas y veterano diplomático durante el gobierno del autócrata Hosni Mubarak, ganara la aprobación de los miembros de la liga. Desde hace mucho tiempo es un protocolo que Egipto, como anfitrión de la Liga Árabe, tradicionalmente nomine al director. La liga ha sido liderada casi en exclusiva por egipcios.
Al hacer el anuncio, el ministro del exterior de Bahréin, Khalid bin Ahmed Al Khalifa, dijo que Aboul-Gheit “cumpliría un mandato de cinco años a partir del 1 de julio” como secretario general.
Los diplomáticos dijeron antes que Catar y Sudán se opusieron a la elección de Aboul-Gheit, y que Egipto y Arabia Saudí presionaron para que la aceptaran. Hablaron en condición de anonimato porque no estaban autorizados a informar a los periodistas.
El secretario general puede ser electo con la obtención un mínimo de dos tercios de la mayoría de los estados miembros, pero el grupo prefirió un acuerdo unánime.
Las divisiones han debilitado a la Liga Árabe desde los levantamientos de 2011 que derrocaron a tres gobernantes autócratas, pero que también encendieron tres guerras civiles.
Pero pese a su influencia decreciente, un liderazgo fuerte podría ayudar a reforzar un frente suní liderado por los saudíes en contra de Irán, en un momento de participación militar de los saudíes y otros países árabes en Yemen y Siria.
