Parada en la galería de su casa del barrio Hoyo de Moscú, San Cristóbal, María Paniagua miraba que el agua tocaba el borde del piso, a punto de entrar.
A mediados de la semana pasada tuvo que enviar a sus hijos a la casa de un familiar, recoger sus ajuares y colocarlos sobre varias mesas, donde aun permanecen.
“Así llevo ya 20 años y a mis 49 he perdido las esperanzas de vivir dignamente. Aquí solo hemos tenido promesas año tras año y nada más”, dijo.
Agregó que lo peor de las inundaciones es que luego de que pasan las lluvias, en el bario quedan unos charcos de agua que duran hasta dos meses.
“Esas aguas echan lama verde y se ponen malolientes. Además incuban mosquitos por pipá. Esto es un verdadero castigo”, comentó.
Explicó que el problema que generan las inundaciones en el barrio Moscú y El Hoyo del Moscú es porque hace falta un sistema de drenaje que impida que las aguas pluviales se almacenen en su interior, por lo cual hay que liberarlas hacia el río Yubazo, con un sistema de alcantarillado competente.
“Aquí hicieron unos trabajos para solucionar este problema, pero lo que hicieron fue hoyos y los llenaron de piedras, pero cuando nosotros les dijimos a los ingenieros que eso no servía, nos dijeron que nosotros no éramos ingenieros.
Ahí está el problema”, agregó.
El caso de María no es partcular, pues en estos barrios hay varios centenares de personas que hacen guardia cada noche de lluvia, por el temor a que las aguas sepulten sus casas con toda la familia durmiendo.
“Esto es desesperante. Uno con frío y mojado sin poder abrigarse con sus sábanas, ni acostarse en sus camas, porque las tenemos encaramadas”, dijo María Paniagua.
Alex Doñé, Daniel Santos y Pedro Bautista dijeron esperar que el presidente Danilo Medina se apiade de ellos, porque ninguna otra autoridad se siente conmovida por su situación.
Alex Doñé precisó que los puntos más críticos están desde la calle Dos hasta la 10 del Moscú este, así como las calles 4 y 5 hasta la ocho en el lado oeste.
Sin embargo y a pesar de que la acumulación de agua dentro de los barrios es una amenaza para la salud de niños y adultos, porque pueden infectarse de leptopirosis, la gente camina de un lado a otro metida hasta las rodillas por estas “piscinas” de agua sucia.
Pasadas las 6:00 de la tarde de ayer, decenas de niños jugaban dentro de los charcos que se formaron frente a sus hogares, a plena vista de sus padres.
Los pronósticos
La Oficina Nacional de Meteorología informó que para hoy el patrón meteorológico permanecerá casi invariable, pues la vaguada de occidente y el viento del Sureste inciden en las condiciones del tiempo.
El informe de anoche precisó que los aguaceros continuarán acompañados de tormentas eléctricas y aisladas ráfagas de viento.
Informó que las precipitaciones se incrementarán en horas de la tarde, pero que para mañana martes habrá una leve mejoría.
Sin embargo, explicó que la humedad existente, el calor y los efectos locales, volverán a incrementar significativamente la actividad lluviosa en gran parte del país. La Onamet amplió las alertas y avisos meteorológicos la tarde de ayer.
Mantiene aviso meteorológico por desbordamiento, inundaciones y deslizamientos de tierra, para los residentes en zonas bajas cercanos a ríos, arroyos y cañadas en las provincias Espaillat, María Trinidad Sánchez, Hermanas Mirabal, Duarte y Sánchez Ramírez.
De igual forma, mantiene alerta meteorológica en las provincias Hato Mayor, El Seibo, Monseñor Nouel, La Vega, Samaná, Santiago, San Juan, Azua, La Romana y La Altagracia.
En tanto que mantiene alerta por inundaciones urbanas para San Cristóbal, Monte Plata, San Pedro de Macorís, Santo Domingo y el Distrito Nacional.
Mientras que Emmanuel Álvarez, predictor de la Onamet, explicó que los aguaceros han dejado valores entre los 75 y 100 milímetros y reiteró que la incidencia de la vaguada continuará hasta el martes. El Centro de Operaciones de Emergencia elevó a 19 el número de provincias en alerta y 326 personas han sido desplazadas por las inundaciones.