Hace ocho meses y ante una multitud se fundieron en un beso para mostrar su unión, en lo sentimental y en lo político; ahora, el expresidente dominicano Leonel Fernández y su esposa, la vicepresidenta del país, Margarita Cedeño, casados desde 2003, se enfrentarán en las urnas el próximo domingo.
Fernández, de 66 años, aspira nuevamente a la Presidencia de la República, y Cedeño, de 55 años, busca revalidar el cargo que ocupa desde 2012, ahora como compañera de boleta del candidato oficialista, Gonzalo Castillo, enconado rival de su marido.
En medio de especulaciones y conjeturas, Leonel y Margarita, a los que no se les ve juntos en público desde octubre pasado, aseguran que siguen casados, pero que la política los ha llevado por caminos diferentes.
LA RUPTURA
Margarita Cedeño estuvo ocho años como primera dama, posición desde la que se convirtió, gracias a los millonarios programas de asistencia social que manejaba, en la figura más popular del Gobierno de Fernández.
En los últimos ocho años, ha seguido a cargo de esos programas, pero desde la Vicepresidencia de la República, durante los dos Gobiernos consecutivos de Danilo Medina, antiguo aliado de Fernández y ahora convertido en un enemigo declarado de este.
Cedeño, quien ha coqueteado varias veces con la candidatura presidencial del partido oficialista, decidió apoyar al exmandatario en las primarias del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) celebradas el pasado octubre.
El respaldo lo sellaron con un beso público en la boca el 4 de octubre pasado, en el mitin de cierre de la campaña de Fernández para las primarias, en las que fue derrotado por Gonzalo Castillo, su ahora rival en las urnas.
Fernández, invicto políticamente hasta ese momento, no aceptó la derrota en las primarias, aseguró que hubo un fraude en su contra y acusó de ello al Gobierno que encabeza desde 2012 Danilo Medina.
Tras la derrota de Fernández y sellada la división del PLD, Cedeño dijo que su cargo, que se vota junto al del presidente, no estaba “en discusión alguna”.
Al mismo tiempo señaló que su situación “tan particular y única en la historia de la política nacional, y quizás de toda la región”, requería de una reflexión profunda sobre su futuro político.
LA “BODA” CON EL RIVAL
El 24 de febrero, sorprendiendo a más de uno, el candidato del PLD anunció como su compañera de fórmula a Cedeño, en un intento de tratar de sacar provecho en las urnas de la gran popularidad de la ex primera dama.
“No me quita el sueño que algunos me juzguen equivocadamente por quedarme en mi partido”, dijo Cedeño ese día en su intervención ante los militantes del PLD, tras ser presentada por Castillo, a quien las encuestas ubican en segundo lugar tras el candidato del Partido Revolucionario Moderno (PRM), Luis Abinader.
UNA RELACIÓN A LA SOMBRA DE LAS ELECCIONES
Los ahora rivales políticos, que tienen una hija de 16 años, no se han mostrado en público desde aquel beso, y cuando a ella se le ha preguntado por la relación asegura que siguen juntos y se aman.
En estos días, en una entrevista en un popular programa que se transmite por internet, tarareó una canción del colombiano J. Balvin para describir su relación con Fernández: “Peleamos, nos arreglamos, nos mantenemos en esa, pero nos amamos… y ahí vamos”.
Él, un poco más parco al hablar del tema, rememoró un comentario del expresidente colombiano Belisario Betancourt, quien en una ocasión dijo que era tan democrático que todos los días dormía con la oposición, al hacer referencia a rivales políticos que aseguraban que no conquistaba el voto ni de la esposa.
“Hoy en día la mujer reclama una independencia y toma decisiones. Eso hay que respetarlo”, remarcó Fernández, al aclarar, además, que la decisión de ambos “no responde a ninguna estrategia” política.