SANTO DOMINGO.- El expresidente Leonel Fernández opina que el reciente informe de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que coloca a la República Dominicana en la “lista negra” de ese organismo, utiliza “argumentos erróneos” y “conceptos falaces”, y evidencia “un sesgo preocupante que puede seguir erosionando su ya disminuida credibilidad entre los Estados miembros de la OEA”.
Considera que una de las falacias más connotadas del informe consiste en afirmar que en la República Dominicana existe discriminación racial por parte del Estado contra las personas afrodescendientes y, más aún, que la negación de esa discriminación por parte de las autoridades nacionales genera la exclusión del tema en la opinión pública nacional.
Los criterios de Fernández, quien gobernó la República Dominicana tres períodos (1996-2000, 2004-2008 y 2008-2013), están contenidos en un artículo titulado “La Comisión Interamericana ataca de nuevo”, que publica este lunes en varios medios periodísticos. El texto del mismo es el siguiente:
“La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) lanzó un nuevo ataque contra la República Dominicana, utilizando argumentos erróneos, esgrimiendo conceptos falaces y evidenciando un sesgo preocupante que puede seguir erosionando su ya disminuida credibilidad entre los Estados miembros de la OEA.
En su reciente Informe Anual sobre la situación de los derechos humanos en América Latina y el Caribe, la Comisión Interamericana incluyó a República Dominicana, por vez primera, en el capítulo IV del informe, una especie de “lista negra” de países cuyas violaciones de derechos humanos requieren de una atención y análisis especiales.
Esa lista obedece a cuatro criterios establecidos por la Comisión a partir de 1996, que incluyen, en primer término, violaciones graves de elementos fundamentales e instituciones previstas en la Carta Democrática; en segundo lugar, la suspensión ilegítima del libre ejercicio de los derechos garantizados a través de la declaración de un estado de emergencia o de sitio; tercero, la comisión de violaciones masivas, graves y sistemáticas de derechos humanos; y, en cuarto lugar, la presencia de situaciones estructurales que afectan seria y gravemente el goce y disfrute de los derechos fundamentales.
Para la institución dependiente de la OEA, en la República Dominicana, la discriminación racial estructural contra personas de ascendencia haitiana o percibidas como tales resultan en violaciones al derecho a la nacionalidad; deportaciones y expulsiones masivas; así como en operaciones migratorias ilegales.
Discriminación racial
Una de las falacias más connotadas del informe consiste en afirmar que en la República Dominicana existe discriminación racial por parte del Estado contra las personas afrodescendientes. Más aún, que la negación de esa discriminación por parte de las autoridades nacionales genera la exclusión del tema en la opinión pública nacional.
En otras ocasiones hemos tenido oportunidad de referirnos a este mito. La Comisión parece ignorar la realidad histórica y social de la República Dominicana ya que los primeros esclavos negros traídos al Nuevo Mundo llegaron a la isla La Española a principios del siglo XVI, en la parte que es hoy la República Dominicana, lo cual nos permite afirmar que somos la cuna de las raíces africanas en América Latina y el Caribe.
La Comisión Interamericana subraya también que la inexistencia de una ley específica y un marco jurídico que prohíba la discriminación racial es evidencia de la actitud discriminatoria del Estado dominicano.
Pero este organismo pretende desconocer que el rechazo a la discriminación de cualquier tipo se encuentra en nuestra Carta Magna como un principio rector y medular; y de que precisamente en estos momentos se está debatiendo en el Congreso Nacional una ley que procura establecer sanciones en contra de eventuales prácticas discriminatorias en la sociedad dominicana.
No se trata de negar la existencia de la discriminación dentro de nuestro territorio. Lamentablemente, ese es un mal que afecta la generalidad de los países en el mundo, incluyendo a naciones como los Estados Unidos, donde sigue siendo un tema vigente y de alta sensibilidad.
Sin embargo, no es lo mismo afirmar que desde el Estado dominicano existe, en forma deliberada, una política orientada a discriminar a los nacionales de nuestra vecina nación de Haití y sus descendientes.