El diputado Orlando Espinosa, del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), confirmó ayer que 35 diputados y seis senadores se reunieron el fin de semana con el presidente de la organización, Leonel Fernández, con motivo de las festividades navideñas.
Ese encuentro fue para compartir queso y copas de vino, apuntó el legislador.
Los detalles de la reunión están en nebulosa, pues el congresista fue parco al responder sobre el encuentro.
“Lo que hacía el presidente Fernández era que saludaba a los que estábamos presentes”, señaló.
La reunión se produjo tras otra encabezada por el ministro Administrativo de la Presidencia, José Ramón Peralta, quien convocó a senadores afines al presidente Danilo Medina.
Días después, ese encuentro de oficialistas fue divulgado por Franklin Almeyda Rancier, miembro del Comité Político del PLD y adepto a Fernández.
A raíz de eso, el diputado leonelista Juan Carlos Quiñones afirmó que los senadores reunidos con Peralta estaban seducidos por los “sobrecitos” que les entregaba el Gobierno.
Esa afirmación fue luego desmentida por el vocero del bloque senatorial peledeísta, Rubén Darío Cruz Ubiera, quien la juzgó como “una mentira vulgar”.
La camadería reinante en el sector leonelista no oculta los malestares que atraviesa la organización.
De un lado, dirigentes de esa tendencia han denunciado que el danilismo busca la reelección, a costa de otra reforma constitucional o a través de las primarias abiertas.
Y aún más: el propio expresidente aseguró en Puerto Plata que él y su grupo no están en el Gobierno. Esas declaraciones fueron interpretadas como que él estaba en la oposición.
Sin embargo, hace unos meses, el exjefe de Estado les confió a algunos periodistas que “no estaba ni en el Gobierno ni en la oposición”.
Entonces, si no está en el oficialismo pero tampoco en el oposición, ¿dónde está Fernández?
Para algunos, sus palabras traslucen una postura suya, firme, sujeta a un proyecto personal de regreso al poder. Por eso marca distancia con el Gobierno, a la vez que impulsa sus propios afanes presidenciales.
Un ejemplo de eso es que, en la misma Puerto Plata, observó que el Gobierno sufre debilidades que deben ser corregidas para que el país mantenga su desarrollo.
Ese desarrollo es para él una responsabilidad ineludible del PLD, la organización que él mismo dirige y que lo ha llevado tres veces al Palacio Nacional.
De otro lado, en cambio, el sector danilista promueve las primaras abiertas para, según algunos, tratar de alentar un candidato que compita contra Fernández.
Otros ven que detrás de esa maniobra, se oculta otra reeleccionista.