Por CÉSAR MEDINA
Alicia Bárcenas, la influyente mexicana que dirige la Cepal con sede en Santiago de Chile, ha sugerido en tres ocasiones a Ban ki-Moon, el nombre de Leonel Fernández para una posición como enviado especial de la ONU, con rango de embajador honorífico, para el tema del financiamiento para el desarrollo.
Pero el Secretario General de las Naciones Unidas no se ha sentido motivado y argumenta las limitaciones burocráticas del organismo para postergar esa decisión. Podría haber algún “celo suspicaz” de por medio.
Lo que se argumenta es que esa posición la ocupa el francés Philippe Douste Blazy, pero Leonel podría ocupar el mismo puesto para América Latina.
Por eso cuando hace un par de días recibí una carta muy bien estructurada, como de costumbre, del diputado del Parlacén Manolo Pichardo, comencé a comprender mejor porqué conozco algunas interioridades sobre este tema y tal vez ahora se explique la actitud de Ban ki-Moon.
Es importante destacar que la señora Bárcenas es gran admiradora de Leonel y que es una de las figuras latinoamericanas más influyentes de la ONU, además de cercana colaboradora del Secretario General, que cuando llegó al cargo la propuso como su jefa de Gabinete y ella declinó para irse a Cepal en Chile.
Ha tenido la iniciativa de que Leonel contribuya con la ONU a partir de su prestigio político y académico y por la penetración incuestionable que tiene el líder dominicano en sectores de la política y la economía regionales, y en particular en Europa Occidental por sus vínculos con sectores influyentes.
Leonel tiene la condición, además, de que es políglota y su facilidad para los idiomas le permite interactuar con fluidez en los diversos escenarios sociales, económicos, políticos de cualquier parte del mundo.
¿Secretario de la ONU?
Manolo Pichardo revela que en el mes de octubre de 2009 visitó a Fernández en compañía de los representantes de 58 organizaciones de 28 países miembros de la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina y el Caribe (COPPAL) y de Asia, para proponerle iniciar una campaña a la Secretaría General de la ONU.
Leonel se negó bajo el argumento de que en ese momento Ban Ki-Moon se preparaba para ser reelegido en el cargo, además de reconocer el buen trabajo que estaba realizando al frente del organismo.
La verdad es que la Secretaría General de la ONU es una posición que se rotan los países grandes e influyentes, por regiones.
Cuando llegó Ki-Moon al puesto, la correspondía a Asia, pero ahora le toca a Europa por dos períodos seguidos, y específicamente a una mujer por una razón de paridad de género.
La ONU jamás ha tenido a una secretaria general, pero en su última Asamblea se acordó que había llegado el momento de romper con tal discriminación.
Ni siquiera colita
A nuestro país nunca le ha tocado ni siquiera colita al momento de repartir posiciones en el organismo mundial. Históricamente la República Dominicana ha tenido una diplomacia muy débil en la ONU.
A pesar de que somos miembros fundador, no hemos presidido jamás una Asamblea General ni hemos sido miembros del Consejo de Seguridad.
Un nombramiento para Leonel como enviado especial del Secretario General, sería de mucha honra para el líder dominicano porque además le permitiría libertad de acción política en su país. La posibilidad de que Leonel vaya a dirigir las Naciones Unidas es sencillamente inexistente.
En cambio, Leonel es promovido por la diplomacia regional para la Secretaría General de la Organización de Estados Americanos (OEA), en sustitución del chileno José Miguel Insulza, que renunció a partir del próximo primero de julio para retornar a la política chilena.
El líder dominicano, aunque medita sobre la propuesta y no ha tomado una decisión al respecto, parece poco motivado para encabezar el organismo multilateral.