La llegada de LeBron James a Los Ángeles (California) no solo devolverá el foco mediático a los Lakers sino que propiciará una relación más cercana del jugador con la industria de Hollywood, donde lleva años perfilando proyectos a través de su productora, SpringHill Entertainment.
El fichaje de James es la noticia del año en la NBA. Para algunos, es el mayor movimiento que ha visto la Liga en la última década e incluso en lo que llevamos de siglo, junto con su primer adiós a Cleveland rumbo a Miami y la adquisición de Kevin Durant por parte de los Golden State Warriors.
Pero la incursión de James en Hollywood se viene gestando desde 2013, año en el que cofundó la productora -junto a su amigo de la infancia Maverick Carter- y a la que dio el nombre de la vivienda de protección oficial de Akron (Ohio) a la que se mudó con su madre siendo un niño.
Bajo ese paraguas, James y Carter lanzaron en 2014 la serie “Survivor’s Remorse” en la cadena de pago Starz, produjeron el año después el documental sobre deportes “Becoming” para Disney y probaron suerte con la serie de animación “The LeBrons” y un show para la NBC llamado “The Wall”.
Además, han encontrado en Uninterrupted, una plataforma multimedia para atletas que buscan relatar historias en primera persona y sin filtro, una de sus señas de identidad más reconocibles.
La toma de contacto más directa de James con el cine fue a través de la comedia “Trainwreck” (2015), donde sorprendió a propios y extraños con su naturalidad -rechazó tomar clases de actuación- codeándose con estrellas del género como Amy Schumer o Bill Hader.
El jugador, que de pequeño soñaba con ser actor, ha prometido que seguirá llevando a cabo pequeñas intervenciones de ese estilo, y a buen seguro que llegarán gracias, especialmente, a la gran jugada maestra de su productora, que firmó un acuerdo en 2015 con el estudio Warner Bros para desarrollar proyectos de todo tipo.
“LeBron James posee una de las marcas más poderosas y conocidas del mundo entero”, dijo el presidente de Warner Bros, Kevin Tsujihara. “La combinación de la presencia mediática global de LeBron con la experiencia inigualable de Warner en cuanto a producción y distribución es una gran victoria para los fans”, añadió.
James, por su parte, aseguró que una de sus grandes pasiones es conectar con sus fans y contar historias “con significado”.
“Amo el cine y estoy deseando ver qué ideas surgen con Warner”, apuntó el deportista, que ahora únicamente se tendrá que desplazar 17 kilómetros desde la cancha del Staples Center hasta su oficina dentro de los estudios Warner Bros.
Uno de los proyectos más ambiciosos que posee la compañía es la nueva versión de la comedia de 1990 “House Party”, que preparan Stephen Glover y Jamal Olori, guionistas de la serie “Atlanta”.
Pero, sin duda, la gran apuesta que tienen entre manos es la secuela de la cinta de animación y acción real “Space Jam”, el título protagonizado por Michael Jordan en 1996 junto a jugadores como Larry Bird, Charles Barkley o Patrick Ewing.
El cineasta Justin Lin, conocido por su trabajo en varias entregas de la saga de acción y coches “Fast & Furious”, es el hombre elegido para dirigir esta continuación, aunque por ahora se desconoce cuándo llegará la película a los cines ni quiénes serán los nombres que acompañarán a James en el reparto.
Mientras el proyecto ve la luz, llegarán otras apuestas como un documental para HBO sobre Muhammad Ali y una miniserie para Netflix sobre la activista Madam C.J. Walker, protagonizada por Octavia Spencer.
“Lo que buscamos son historias en las que nos vemos reflejados, todas tienen un elemento de vida real ineludible”, indicó Carter a la revista The Hollywood Reporter.
Pero que nadie piense que el fichaje de James por los Lakers (154 millones de dólares por cuatro temporadas) le van a distraer de su principal cometido: ganar un nuevo título -sería el cuarto de su carrera con tres equipos diferentes- y ser considerado el mejor jugador de la historia.