A nuestro pueblo laborioso que pone corazón en lo que hace.
Dominicanos y dominicanas escribimos cada día nuestra historia con nuestras propias manos, inteligencia y sudor.
Cada domingo, nuestro gobierno entrega a manos de hombres y mujeres del campo, campesinos, jornaleros y agroempresarios, el crédito solidario que multiplica la producción.
Los pueblos se construyen a mano. Juntos. En fraternidad, dignidad, justicia y libertad.
Las visita sorpresa reconocen en cada mano dominicana, laboriosa y digna, los surcos de la Patria.