Cada día por lo menos 12 casos de levantamiento de cadáveres por muertes violentas son realizados por el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif) solamente en el gran Santo Domingo, mientras el número se duplica si a ello se suman aquellos casos definidos como de carácter social, por carecer de interés judicial.
Pero no sólo levantamientos y necropsias forman parte del diario vivir de esta dependencia establecida oficialmente en el 2005, con fines de apoyo a la justicia, sino que en su hacer entran campos de investigación tan variados, como las mismas herramientas que utiliza el delito.
Análisis de drogas, de balística, autenticidad de documentos, evidencia digital, sustancias tóxicas, identificación de acelerantes en caso de incendio, mapeo de llamadas, fraudes bancarios, autenticidad de boletos con números de lotería, y todo lo relativo a muertes violentas, todas vinculadas a males en crecimiento en el país, mantienen ocupados a sus 378 servidores, divididos en médicos, técnicos y administrativos.
Este personal está distribuido en sus subdirecciones de Medicina Forense, de Química Forense y de Física Forense.
De acuerdo a sus estadísticas durante el período enero-julio de este año a nivel nacional ha hecho 7,473 levantamientos de cadáveres; 1,440 autopsias; 32,208 evaluaciones por lesiones personales; 11,855 evaluaciones psicológicas, así como otros experticios en otras de sus áreas de servicios.
El funcionamiento por dentro de esta institución dependencia de la Procuraduría General de la República fue presentado a LISTÍN DIARIO por el ingeniero Francisco Gerdo Rosales, su director general.
Recuerda que el Inacif surge bajo una resolución de la Procuraduría General de la República en el 2005 para dar soporte técnico-científico al sistema de administración de justicia.
En ese entonces, recuerda que existía la policía científica y el Instituto Nacional de Patología Forense, que pasó a ser solamente Instituto de Patología para el manejo de casos clínicos, no legales.
El Inacif tiene que ver con todos los casos que le interesan a la justicia, si es una muerte violenta, un asesinato, un suicidio, un ahogamiento, un electrocutado, entre otros, y cualquier muerte sospechosa.
“Si los familiares entienden que una muerte ha ocurrido bajo ciertas condiciones sospechosas y debe ser investigada, ahí entramos nosotros”, explica.
Necesidad Social
Durante años, afirma el ingeniero Gerdo Rosales, se ha ido confundiendo la labor del Inacif y “en ese caso decimos que entra la labor social de esta institución, que aunque ha bajado, todavía nos llaman y participamos en casos que no son de índole judicial”.
Lo explica en el hecho de que cuando fallece una persona, donde no hay sospecha de nada criminal, el acta de defunción puede ser llenada por cualquier médico, como lo establece la ley y como fue recalcado en febrero pasado mediante un acuerdo firmado por el Ministerio de Salud Pública y la Procuraduría General de la Rep?blica, en virtud del cual se estableció que cuando una persona fallece en su casa de muerte natural o por un problema de salud conocido y que está libre de sospecha de manos criminales, ya no hay que esperar un médico legista, ya que el médico de la familia u otro puede dar el acta de defunción. El calificativo de aporte social, lo explica, porque muere una persona en la casa, no aparece un médico que le llene el acta de defunción, y llaman al Inacif.
“Eso triplica los servicios que brindamos y desvirtúa nuestra naturaleza, porque nos quita tiempo para hacer las investigaciones”, indicó.
Los casos
Explica que antes del acuerdo con Salud Pública, el Inacif estaba levantando un promedio de 15 a 18 cadáveres al día con picos de hasta 22 casos sólo en el Gran Santo Domingo, de los cuales le correspondían unos ocho casos donde había dudas, por hechos violentos o muertes súbitas.
Casos frecuentes
Los casos más frecuentes de muertes violentas están relacionados con armas de fuego, suicido, armas blancas, electrocutados y ahogados. En accidentes de tránsito, por lo general hacen el levantamiento, pero no se practica autopsia.
Een el interior del país
Para descentralizar el trabajo se crearon dependencias regionales: una para la región Norte, con sede en Santiago; una en el Nordeste, en San Francisco de Macorís; la del Este, en San Pedro de Macorís, y la del Sur, en Azua, con personal especializado en cada una que hace la labor de levantamiento y autopsia.
PERSONAL HUMANO
Especializado y técnico
Cuenta con 378 servidores, distribuidos entre las áreas técnicas, como son las subdirecciones de Medicina Forense, Física Forense y Química Forense, más el personal administrativo. La mayor cantidad se encuentra en la subdirección de Medicina Forense. A nivel nacional cuenta con 77 médicos legistas; 33 médicos forenses; 40 psicólogos; siete patólogos; un psicólogo y unos seis ginecólogos, así como odontólogos, todos especializados en técnicas forenses.