Cinco familias están “presas” en sus propios hogares en el sector Gualey de esta capital, desde que hace tres meses la alcantarilla ubicada en la calle número 18 del referido sector está obstruida, provocando que una gran cantidad de aguas residuales esté acumulada frente a sus hogares, impidiéndoles salir de sus viviendas.
Los reportes a la unidad de Alcantarillado de la Alcaldía del Distrito Nacional han sido muchos, pero la solución del problema solo se queda en que irán al lugar, mientras las enfermedades, mal olor y plaga de mosquitos aumentan.
Katia Polanco, quien es una de las afectadas, explicó que tiene más de un mes haciendo los reportes y todos los días le dicen que irán a solucionar el problema, sin que la promesa se haya hecho realidad.
“Ellos siempre dicen que hay una brigada en ruta y que van a venir y nunca lo hacen. Ya tenemos tres meses con este problema, con estas aguas negras ahí aposadas por la alcantarilla tapada y no hacen nada”, expresó.
Aseguró que esas aguas contaminadas han provocado enfermedades en sus dos hijos y que se ven imposibilitados de poder salir.
“También hay muchos mosquitos están acabando con nosotros y cuando llueve el agua sube muchísimo”, expresó.
Dijo que las personas de alcantarillado se presentaron en una ocasión y solo sacaron el agua, sin solucionar el problema de la alcantarilla tapada, “entonces cuando llovió se inundó de nuevo”.
Precisó que el agua se acumula cuando llueve y cada vez que llega el agua de la tubería sube mucho, y el mal olor no se aguanta.
Manifestó que el agua no sube más porque comienza a expandirse por la zona.
Dijo que tiene toda la vida viviendo en esa zona y nunca les había pasado esa situación.
Expresó que sus ingresos también se ven afectados por la situación que están viviendo, porque nadie puede acceder a la papelería que tiene, por medio de la cual ayuda a sostener a su familia.
“Imagínate, los clientes no pueden entrar a la papelería y eso quiere decir que no hay dinero. Esa agua sube demasiado y eso es un problema”, precisó.
Asimismo, otros negocios de la zona se han visto afectados con la situación, porque cuando el agua sube no se puede entrar.
En tanto, Luz María Moya, quien también está “presa” en su propia casa, dice que tienen que vivir pidiéndole a Dios que no llueva para que su situación no empeore.
“Tenemos ya varios meses en esta situación y todos los afectados hemos llamado y no nos han hecho caso”, dice.
Mostrando los reportes que ha hecho en el último mes, Moya manifestó que siempre “dicen que vendrán el mismo día que llamamos y nos quedamos esperando”.
Las llamadas al área de drenaje del Ayuntamiento del Distrito Nacional han sido muchas y no hay una solución.
Aseguró que en las aguas contaminadas se han caído niños y envejecientes.
“Cuando por aquí llega el agua los martes y sábados esto se vuelve un río. Hoy (ayer) ese pozo que tenemos ahí adelante está bajito, porque ayer (el sábado) cuando llegó el agua esto estaba insoportable”, indicó.