(www.neomundo.com.ar / SINC) La revista Science ha publicado en su último número una carta de dos investigadores de la Universidad de Granada (UGR), en España, en la que señalan que las bibliotecas deben adaptarse a la era de internet y cambiar su papel en la sociedad, ofreciendo nuevos servicios como enseñar a los usuarios a iniciar un negocio, rellenar un formulario para abrir una cuenta bancaria o aprender buenos hábitos de salud.
Según los autores, los profesores Enrique Herrera Viedma y Javier López Gijón, el papel de las bibliotecas está cambiando, y en la actualidad existe un debate abierto tanto en el mundo académico como en la propia sociedad sobre si todavía se necesitan las bibliotecas.
En su carta, los investigadores de la UGR defienden que sí son necesarias, “aunque deben ocupar un nuevo espacio en la sociedad”.
GOOGLE, EL NUEVO BIBLIOTECARIO
Tradicionalmente, la biblioteca ha sido vista como un gran repositorio de información custodiada por un bibliotecario. Estos centros tenían por objetivo almacenar la información generada por la sociedad a través de los siglos. Han sido lugares a los que las personas acudían cuando necesitaban satisfacer algunas necesidades de información para llevar a cabo sus trabajos, indican los investigadores.
Sin embargo, con la llegada de internet, “la web ha asumido el papel tradicional de las bibliotecas y los buscadores, como Google, Bing o Yahoo, han sustituido a los los bibliotecarios. Estos centros están perdiendo su papel tradicional en la sociedad moderna, y creemos que deben de redefinir su función si quieren seguir teniendo sentido en nuestra sociedad”, señalan.
Herrera Viedma y López Gijón creen que las bibliotecas “deben convertirse en un espacio social que se centre en los usuarios. En una biblioteca con una orientación social, la gente podría ir a sacar libros, usar internet, leer un libro y un periódico o ver un documental. Pero también podría discutir los problemas de su barrio o país, comprender la poesía, el teatro, el cine, aprender buenos hábitos alimenticios y de salud, o tomar un café con los demás usuarios”, añaden.
En otras palabras, la biblioteca “debería dar a sus usuarios un entorno en el que puedan desarrollar todas las actividades diarias que permiten a una persona crecer como ciudadano de una comunidad o sociedad, concluyen los autores.