Lady Gaga dejó muy claro en los inicios de su carrera que, junto a Freddie Mercury, David Bowie había supuesto uno de sus grandes referentes artísticos y estéticos, por eso no resultó demasiado sorprendente que ella fuera la elegida para rendirle un sentido tributo musical en la gala de los Grammy de este año, que se celebraba solo un mes después de su trágica muerte.
Sin embargo, tras su número musical la estrella del pop tuvo que enfrentarse a la habitual división de opiniones que siempre acaba aflorando en las redes sociales ante eventos de esta magnitud, ignorando la mayor parte de las críticas pero sin poder evitar que una de ellas le afectara profundamente: la del hijo del artista, el director Duncan Jones.
“Gagá, término que define a alguien sobreexcitado o irracional, típicamente como resultado de la pasión y el entusiasmo excesivo, mentalmente confundida… Menuda palabra “, escribía el cineasta para lanzar un velado ataque a la intérprete.
Por eso Lady Gaga reconoce ahora que se sintió muy dolida por los comentarios del hijo de su ídolo, sobre todo porque había estado trabajando sin descanso para poder ofrecer al legendario intérprete un homenaje “sensacional” con el que transmitirle toda su admiración.
“La primera vez que me llamaron no quería aceptar la oferta, porque [la muerte de Bowie] todavía estaba muy reciente y me sentía muy incómoda, pero lo hice lo mejor posible para que se convirtiera en la sensación de la noche. Sí que me dolió [el tuit de su hijo]. ¿Pero qué le voy a hacer? [Entiendo] que es su padre”, confiesa la artista en una entrevista con la revista NME.
Pero por lo general la intérprete tiene claro que jamás se verá arrastrada por los comentarios que subestiman su trabajo musical, confiando únicamente en la opinión de su círculo más cercano, así como en el criterio propio que le ha reportado tantos éxitos en la industria musical.
“Las opiniones son estú**das, cada uno tiene la suya. Sin duda no hice este álbum [‘Joanne’] con las opiniones impuestas por el mundo a través de las profundidades de internet. Me quedo con los comentarios de Mark Ronson [productor del disco] y de mis colaboradores, así como mi propia opinión. Porque tengo que confiar en mi criterio. No quiero sonar arrogante, porque de verdad creo que no lo soy, pero después de vender 80 millones de discos, tengo que pensar: ‘Vale, ¿Por qué ahora voy a tirar la jo**da toalla y a preocuparme por lo que todo el mundo piensa de mí?'”, revela.