Por: Ramón Bierd (Chayanne)
La actitud mostrada por el aspirante a la Alcaldía de Santiago por el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) Ing. Silvio Durán, sobre unas voces agoreras para que renuncie a sus aspiraciones, la cual democráticamente tiene todo el derecho, tanto como político, militante, dirigente o como un simple ciudadano, es verdaderamente aplaudible y valiente.
Durán, con su firme posición de no renunciar a un derecho que le asiste, manda un mensaje contundente al partido, a la cúpula dirigencial, a su militancia y a sus miles de seguidores tanto dentro como fuera de su institución, de que su candidatura va en serio, con pasos firmes hacia la conquista de la nominación municipal, primero dentro de su organización política a la que pertenece y más luego en las elecciones del próximo año.
El miembro del Comité Central del PLD, es un hombre de armas a tomar, trabajador incansable, serio, honesto, capaz, preparado, inteligente, incorruptible, profesional, que sabe lo que quiere y hacia dónde quiere ir, porque tiene una visión clara de lo que hay que hacer en la hidalga ciudad de los 30 Caballeros, cuales son sus problemas más vulnerables y que hay que hacer para resolverlos.
El director general de la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santiago, es el único precandidato alcalde de todos los que compiten por subir las escalinatas del emblemático ayuntamiento de la ciudad corazón, que se ha reunido con gremios empresariales, profesionales, sociales, junta de vecinos y de la sociedad civil para presentarles su programa de gobierno municipal y lo que hará en caso de ser favorecido por el voto popular de todos los santiagueros y santiagueras.
Silvio Durán, es de esos hombres que no se rajan, que no se doblan y que no se doblegan ante las adversidades, porque no es un improvisado, ni un advenedizo de la política, es un hombre de principios, con valores morales, familiares y espirituales, con los cuales no transige, ni negocia.
Se equivocaron los que piensan o pensaron que el Ing. Silvio Durán podían manejarlo como marionetas o amedrentarlo con amenazas estériles, no saben como pararlo, no encuentran cómo enfrentarlo, porque para hacerlo, hay que trabajar sin descanso como él, sin pausa, pero sin prisa, enfrentando a sus oponentes siempre de frente, pero sin ofensas, sin zancadillas, sin diatribas, sin insultos, sin calumnias, sólo con la frente en alto, con el respaldo de un partido y de un pueblo que ha decidido darle su apoyo incondicional para que se convierta en el próximo alcalde de Santiago.
Silvio ha dicho, “No renuncio, ni me renuncian, a mí hay que contarme los votos”, esa son palabras de valientes que luchan hasta el último suspiro, pero sin rendirse.