Las autoridades impusieron la sanción más grande de su historia y le dieron 90 días al gigante tecnológico para que cambie la configuración de su sistema operativo, bajo amenaza de nuevos castigos
La Comisión Europea (CE) impuso este miércoles a Google una multa de USD 5.000 millones de dólares (4.343 millones de euros) por ejercer “prácticas ilegales” con su sistema operativo para teléfonos móviles Android con el fin de reforzar el dominio de su buscador, la mayor sanción infligida en la historia del regulador comunitario.
“Google utilizó Android como un vehículo para consolidar la posición dominante de su motor de búsqueda. Estas prácticas privaron a los consumidores europeos de las ventajas de una competencia efectiva”, dijo en un comunicado la comisaria europea de Competencia, Margrethe Vestager. Además, las autoridades señalaron que la empresa estadounidense tiene 90 días para cambiar sus prácticas o se arriesga a nuevas multas.
Poco después, Google anunció que apelará la decisión.
La sanción constituye un nuevo récorddespués de los 2.424 millones de euros impuestos en 2017 a Google por favorecer su comparador de precios en su motor de búsqueda, en detrimento de los de la competencia.
El monto suele fijarse en el último momento y puede alcanzar teóricamente, según las reglas europeas de competencia, hasta el 10% de su volumen de negocios global. Alphabet, matriz de Google, registró en 2017 USD 110.900 millones.
Esta nueva sanción contra Google llega en un contexto especialmente tenso entre la UE y Estados Unidos por su disputa comercial y sus diferencias en la OTAN.
Durante una conversación telefónica el martes por la noche, la comisaria europea de Competencia, Margrethe Vestager, habría informado de su decisión al número uno de Google, Sundar Pichai, según una fuente próxima al caso.
Android, un sistema operativo utilizado por el 80% de los celulares en el mundo y que equivale al iOS para iPhone de Apple, está en el punto de mira de la Comisión Europea desde hace varios años.
En su pliego de cargos de abril de 2016, Bruselas acusaba a Google de obligar a los fabricantes de ‘smartphones’, como el coreano Samsung o el chino Huawei, a preinstalar “Google Search” y a programarlo como motor de búsqueda por defecto o exclusivo en la mayoría de celulares con sistema Android vendidos en Europa.