Las arterias de un anciano de 80 años de estos indígenas de la Amazonia boliviana están en igual o mejor estado que las de un estadounidense de mediana edad. Esto hace, según un estudio, que apenas tengan enfermedades cardiovasculares.
En la última década, solo un tsimane habría fallecido de un infarto y fue ya a edad muy avanzada. Los autores de la investigación relacionan esta salud de hierro con el estilo de vida de los tsimane, aún basado en la recolección, la caza y la pesca de subsistencia.
Aunque estuvieron en contacto con los misioneros jesuitas en el siglo XVII, los tsimane (tsimane’ o chimane) abandonaron sus asentamientos tradicionales para adentrarse en la selva huyendo del hombre blanco. Son unos 16.000 distribuidos en casi un centenar de aldeas a lo largo de las cuencas del Maniqui y el Quiquibey, afluentes del Amazonas.
Aunque visten ropas y usan herramientas occidentales, aún mantienen su estilo de vida seminómada con una economía comunitaria de subsistencia, viviendo de lo que cazan, pescan y cosechan en pequeños terrenos junto al poblado.