Por Víctor Manuel Grimaldi Céspedes
Roma, 22 de Mayo 2013.- Hace dos años se celebró la Feria del Libro dominicana con la Santa Sede como Huésped de Honor, y desde los Museos Vaticanos de Roma fue enviada a Santo Domingo una réplica de La Piedad.
Con motivo de cumplirse 40 años de su restauración luego de ser gravamente dañada por un demente, el Vatican Information Service (VIS) ha divulgado una interesante nota que presentamos a continuación:
Ciudad del Vaticano, 21 mayo 2013 (VIS).-El 21 de mayo de 1972 La Piedad de Miguel Ángel expuesta en la basílica de San Pedro, fue atacada a martillazos por un turista, que consiguió eludir a los vigilantes. El geólogo australiano de origen húngaro Laszlo Toth, que tenía graves problemas mentales, se lanzó contra la escultura gritando “Soy Jesucristo resucitado de entre los muertos” y la golpeó quince veces, destrozando el rostro, rompiendo el brazo izquierdo y lesionando el codo de la obra, de la que se desprendieron cincuenta fragmentos.
Hoy, cuarenta y un años después, los Museos Vaticanos dedican una jornada de estudios a la reconstrucción de la escultura titulada :“La Piedad de Miguel Ángel. En memoria del 21 de mayo de 1972; historia de una restauración” que analiza la compleja y delicada tarea de reparación efectuada entre 1972 y 1973 en los laboratorios de los Museos Vaticanos, bajo la responsabilidad del que entonces era su director, el brasileño Deoclecio Redig de Campos. Gracias a la existencia de numerosos calcos y reutilizando, en la medida de lo posible, los fragmentos originales junto con una mezcla de cola y polvo de mármol, fue posible reintegrar la obra con fidelidad.
La Piedad está considerada como la primera obra maestra de Miguel Ángel- que tenía poco más de veinte años cuando la esculpió- y la única firmada por él: en la cinta que sostiene el manto de la Virgen se lee: “MICHEL A(N) GELUS BONAROTUS FLORENT(INUS FACIEBAT.”. La Jornada de estudios desvelará, entre otras cosas y gracias a los documentos conservados en la Fábrica de San Pedro, los diversos lugares de destino de la estatua antes de su colocación en 1779 en la primera capilla a la derecha de la nave de San Pedro donde es visible hoy, pero protegida, tras el atentado, por un cristal que la separa de los visitantes. La única vez que La Piedad salió del territorio vaticano fue en 1964, rumbo a la Exposición Universal de New York donde fue admirada por más de 21 millones de personas. En esa ocasión el fotógrafo Robert Hupka, la inmortalizó en su famoso libro titulado “Un acto de amor”. Otra detalle poco conocido son las coronas con que la devoción ha adornado la cabeza de la Virgen a lo largo de los siglos, como explicará el arqueólogo Pietro Zander.
La Jornada cuenta con un evento excepcional: la proyección del documental, restaurado, en color, y en formato digital “La violencia y la piedad” realizado en exclusiva mundial por el recientemente fallecido Brando Giordani, en colaboración con el Departamento de Cultura de la RAI que narra el entero proceso de reconstrucción de la estatua. El documental se filmó por expresa voluntad del papa Pablo VI que comparó a La Piedad destrozada con la imagen de una Iglesia en lágrimas agredida por el mal.
También otra celebre escultura de Miguel Ángel: el David que se encuentra en la Academia de Florencia fue agredida a martillazos por un demente en 1991, que rompió los dedos del pie izquierdo de la estatua. La restauración, que corrió a cargo del Opificio de las Piedras Duras de Florencia, será ilustrada esta tarde y servirá de introducción a una de las iniciativas de los Museos Vaticanos: la creación de una gliptoteca virtual, con modelos tridimensionales y clones de las obras más valiosas de sus colecciones para hacer frente a cualquier tipo de emergencia.