SANTO DOMINGO.- Aunque muchos especialistas de la conducta y terapeutas familiares, incluyendo organismos como CONANI, han manifestado su oposición a su uso como correctivo para el mal comportamiento de los niños en el hogar, son todavía, muchos los hogares dominicanos que siguen prefiriendo la pela, como castigo ideal, para aquellos muchachos, “malcriados, desobedientes y andariegos”, que infringen las normas imperantes en la casa.
Los que se oponen a la llamada “pela”, alegan que los castigos corporales “ya deben ser cosas del pasado”, y etapas superadas, ya que traumatizan a los infantes en su vida futura, y crean resentimientos personales, especialmente contra los padres. Añaden que en pleno siglo XXI, este procedimiento resulta obsoleto y cruel, “más bien propio de la edad media”.
De su lado, los padres y tutores que defienden su aplicación en la actualidad han afirmado que la pela, bien aplicada a los niños, sin excesos, ni de forma abusiva, utilizando una correa fina, “por piernas y pantorrillas”, de forma moderada, pero firme, cumple su finalidad de corregir malos comportamientos, con miras hacia el futuro y en la relación y trato del niño, con familiares y frente a la sociedad.
Encuestas realizadas en diferentes medios impresos y digitales han arrojado resultados divididos en la aplicación o no de la pela como método de castigo a los niños.
Por nuestra parte, agradeceremos siempre, a nuestros inolvidables padres, (Dios los tenga siempre a su lado), alguna que otra “pelita”, que nos dieron, siendo niño, porque con ellas, nos hicieron ver errores en nuestro proceder, haciéndonos corregir los mismos, para el accionar futurista, cosa que hoy les agradezco, infinitamente.
Por: Napoleón Beras Prats