Mucho más trascendente que los acuerdos que pusieron fin a la crisis interna del Partido de la Liberación Dominicana es la erosión del liderazgo del ex presidente Leonel Fernández que hasta hace unos meses lucía inexpugnable y todos consideraban que su retorno al poder era sólo cuestión de meses.
Leonel no pudo ni siquiera imponer los puntos básicos de su negociación para garantizarle continuidad a su liderazgo dentro del PLD a través de una propuesta para equilibrar las fuerzas internas, como tampoco logró que Danilo proclamara desde ahora a Margarita como su compañera de fórmula electoral, otro de sus reclamos, ni que se eliminara el voto preferencial.
Tampoco pudo lograr que todos sus seguidores que ocupan posiciones electivas en el Congreso y los Ayuntamientos sean reelegidos en sus cargos, y a lo sumo se aceptó revisar caso por caso para repetir sólo con aquellos bien posicionados en sus respectivas demarcaciones.
Hay especificaciones– el caso de la senadora de Dajabón, Sonia Mateo, por ejemplo– que son objetados hasta por el danilismo más conservador. La señora Mateo, sin embargo, se ganó más que nadie la solidaridad y el apoyo de Leonel. Será un caso para discusión futura.
Leonel provocó el enojo de la gran mayoría de los miembros del Comité Político–reunidos el pasado miércoles 27 con Danilo en el Palacio–, al conocerse que exigía entre sus condiciones el aumento de la membresía de ese órgano y limitar sus decisiones al consenso o a la mayoría calificada de tres cuartas partes.
La primera de esas exigencias, aumentar la membresía del CP a 41, fue rechazada de plano, pero se acogió la segunda parte: que las decisiones de ese órgano de dirección tengan mayoría calificada.
¿Se cae una columna política?
Un manejo errático de un tema que pudo haber tenido siempre bajo su dominio ha provocado la caída de unos de los pilares fundamentales de la política dominicana en los últimos 20 años, tres veces Presidente de la República y con arraigo de poder que parecían la catapulta perfecta para regresar cuatro años después de entregarle el bastón de mando a su compañero de partido, Danilo Medina. Demostró que los sabios también se equivocan…