BRUSELAS. Los jefes de la diplomacia de los países de la OTAN terminarán de definir este jueves en Bruselas los lineamientos del refuerzo militar de la Alianza en su flanco oriental, el mayor desde el fin de la Guerra Fría, ante una Rusia a la que ven cada vez más “agresiva”.
Las medidas serán validadas definitivamente en un cumbre de los 28 países de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) dentro de seis semanas en Varsovia.
El plan prevé enviar más tropas a los países Bálticos y a Polonia y así finalizar “la adaptación (militar) más importante desde el fin de la Guerra Fría”, según el secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg.
Los ministros también debatirán el jueves sobre los crecientes desafíos de la OTAN en el flanco Sur, con el conflicto en Siria e Irak y la inestabilidad en África del Norte, de la que podría sacar provecho el grupo yihadista Estado Islámico (EI).
“En la periferia de la OTAN, en particular en el sureste (…), pero también del otro lado del Mediterráneo, en el litoral septentrional de Africa, hay toda una serie de Estados debilitados o fallidos”, destacó el embajador estadounidense en la OTAN, Douglas Lute.
La OTAN, liderada por Estados Unidos, también emprendió un acercamiento histórico con la Unión Europea, que enfrenta una ola migratoria sin precedentes desde la Segunda Guerra Mundial.
Desde principios de marzo, buques de guerra de los miembros de la OTAN navegan en el mar Egeo para vigilar las redes de traficantes que operan desde las costas turcas y facilitar la intervención de los guardacostas griegos y turcos.
Ambas organizaciones tienen su sede en Bruselas y 22 de los 28 miembros de la OTAN son también miembros de la UE.
“Sobria discusión” sobre Rusia
El embajador Douglas Lute subrayó el miércoles que los ministros tendrán “una muy sobria discusión sobre cómo tratar con Rusia, que esencialmente dejó de seguir las reglas”.
“Ya no es el socio predecible que creíamos tener”, dijo Lute, que agregó: “Quizás no tengamos un socio abierto al diálogo, pero tenemos que mostrar que la OTAN siempre está abierta al diálogo”.
Montenegro, una pequeña república de los Balcanes desprendida de la ex Yugoslavia, firmará este jueves el protocolo de adhesión al Tratado de Washington.
Rusia protestó contra esa iniciativa, en la que ve una amenaza para su esfera de influencia.
La intervención rusa en Ucrania y la anexión de Crimea en 2014 impulsó un cambio de estrategia de la OTAN, focalizada desde el fin de la Guerra Fría en conflictos lejanos como el de Afganistán.
En los últimos dos años la OTAN multiplicó sus maniobras militares y patrullas marítimas, terrestres y aéreas en el este de Europa.
También emprendió una serie de reformas para aumentar la rapidez de despliegue de sus fuerzas, que culminará con el envío –por rotaciones– de varios batallones a países fronterizos con Rusia, según la propuesta de las autoridades militares de la Alianza aú no fue endosada.
Moscú ve también en esto una clara amenaza. Las tensiones se reavivaron recientemente con el avance a la segunda fase del escudo antimisiles que despliega Estados Unidos en diferentes países de la Alianza.
El presidente ruso, Vladimir Putin, advirtió a Washington de que Rusia tomará medidas para “poner fin a la amenazas”.