Un estudio de la prestigiosa universidad estadounidense de Yale confirma la responsabilidad de los cascos azules nepaleses en la epidemia de cólera en Haití y estima que la ONU tiene el deber de examinar las peticiones de indemnización de las víctimas.
La epidemia afectó a unas 650.000 personas y dejó más de 8.000 muertos desde octubre de 2010.
Una investigación en 2011 había concluido que la cepa de cólera había sido introducida en Haití por un contingente nepalés de la Misión de Naciones Unidas para la Estabilización (Minustah), cuyo vertido de materia fecal contaminó uno de los ríos al norte de Puerto Príncipe.
Pero la ONU se ha negado a reconocer oficialmente su responsabilidad, estimando imposible determinar de manera formal el origen de la epidemia y recordando la inmunidad de la que goza.
Ahora, tras un estudio de varios meses, estudiantes y profesores de Yale especializados en derecho y salud pública recomiendan a Naciones Unidas aceptar las demandas de las víctimas y tomar medidas para prevenir otras catástrofes de este tipo en el mundo.
“Al introducir el cólera en Haití y al rechazar todo forma de compensación a las víctimas de la epidemia, la ONU no cumplió con sus obligaciones de las leyes humanitarias internacionales”, afirman los autores del estudio. “El rechazo de la ONU a establecer una comisión de indemnización para las víctimas de la epidemia constituye una violación de sus obligaciones contractuales hacia Haití de cara a las leyes internacionales”, agregan.
Los investigadores de Yale reconocen que según los términos de la carta de Naciones Unidas y la Convención sobre los privilegios e inmunidad de la ONU de 1946, la organización “está exenta de toda denuncia ante la mayoría de las jurisdicciones nacionales e internacionales”.
Pero hacen valer, sin embargo, que a raíz de esa misma inmunidad, la ONU debería cerrar acuerdos con los países en los que hay estacionados cascos azules para asumir su responsabilidad en caso de que su personal cause daños a la población local.
Interrogado sobre este estudio, el portavoz de la ONU Martin Nesirky respondió que la organización no había cambiado de posición sobre esta cuestión y puso de relieve los esfuerzos de la organización para luchar contra la epidemia.
Las víctimas de la epidemia de cólera se movilizaron para reclamar varios miles de millones de dólares de indemnización y advirtieron de que iniciarían una demanda ante la justicia de Nueva York y en Europa si la ONU se obstina en rechazar estudiar su reclamo. Un fuerte seísmo devastó el país en enero de 2010, causando la muerte a 250.000 personas.
Un estudio de la prestigiosa universidad estadounidense de Yale confirma la responsabilidad de los cascos azules nepaleses en la epidemia de cólera en Haití y estima que la ONU tiene el deber de examinar las peticiones de indemnización de las víctimas.