El cantautor cubano Julio Fowler es un fiel amante de la música. Las melodías que destilaban las cuerdas de la guitarra lo ayudó a sobrepasar una difícil adolescencia, siendo ésta su autoterapia para salir de la tristeza.
“Para mí la música no debería venderse, porque es un bien espiritual, es para sanar, es una terapia. Lo que pasa vivimos en un mundo mercantil y todo se vende, pero en realidad la música es un bien divino, un bien sagrado que deberíamos sencillamente regalar, ofrecer, aquellos quienes no tienen el don de poder hacer música. En un mundo ideal no se debería vender nada de primera necesidad y para mí la música lo es”, dijo.
En los últimos años Fowler se ha presentado en escenarios diversos de Europa y América cautivando a un público que va desde la canción de autor al Jazz.
Su versatilidad y dominio de diferentes géneros musicales y estilos que van del pop a la salsa, le ha llevado a componer y co-escribir canciones junto a grandes compositores como Jack Tempchin, Claudia Brant, Luis Enrique, Amaury Gutiérrez, Garrett Wall y Martha Sánchez.