Últimamente se ha difundido en los medios la información de que el Padre de la Patria, Juan Pablo Duarte, habría sido excomulgado en 1844 por el entonces Vicario General de la isla, Tomás de Portes e Infante.
Excomunión es una disposición jurídica que excluye a la persona de la vida comunitaria y espiritual con la Iglesia Católica. Para que haya excomunión tiene que mediar un documento deliberadamente dirigido a una persona definida. Además, se requiere que la causa de excomunión sea grave, real y pública. En el caso de Duarte, en el documento del Vicario General Portes, del 24 de julio de 1844, ni siquiera se menciona su nombre. Por lo tanto, no es una excomunión. A lo más, sería un consejo o advertencia dirigida a todos y no a Duarte en particular.
Por otra parte, Duarte, a lo largo de su vida se mantuvo cercano a la Iglesia Católica y en amistad estrecha con los sacerdotes. En su niñez y adolescencia se trató con el Padre José Ruiz, Cura Párroco de Santa Bárbara, donde fue bautizado y “aprendió de memoria el catecismo”.
A su regreso de Europa en Santo Domingo, Duarte estudia bajo la dirección de los padres Antonio Gutiérrez y Fray José Antonio Bonilla. Más tarde estudia filosofía con el Padre Gaspar Hernández, en la Iglesia de Regina Angelorum. En su lucha por la Independencia se acompaña del Párroco de Los Llanos, Presbítero Pedro Carrasco Capeller.
En su recorrido por el Cibao, Duarte es acogido por el Padre José Eugenio Espinoza en La Vega, el Padre Domingo Antonio Solano en Santiago y el Padre Manuel González Regalado en Puerto Plata.
En su destierro en Caracas inicia una profunda amistad con el Padre Fernando Arturo de Meriño y, más tarde, tierra adentro de Venezuela, en la selva, conoce al misionero italiano Juan Bautista Sangénis, Párroco de Achaguas, en la Iglesia del Nazareno, quien lo animaba a ingresar al sacerdocio. En su última enfermedad en Caracas, fue asistido por el Padre Francisco Tejera, quien le ofreció los auxilios espirituales de nuestra fe.
Al morir recibió cristiana sepultura y las honras fúnebres fueron celebradas en la Parroquia de Santa Rosalía, el 16 de julio de 1876.
Gracias a Dios Juan Pablo Duarte fue un gran católico.