La confirmación de Brett Kavanaugh, acusado de abusos sexuales, como nuevo juez del Tribunal Supremo estadounidense, agudiza el conservadurismo de la máxima corte del país, formada ahora por cinco magistrados elegidos por presidentes republicanos y cuatro por demócratas.
El juez nacido en Washington arriba al Supremo para sustituir al jubilado Anthony Kennedy, un magistrado de corte conservador pero que se destacó a lo largo de su trayectoria por ser un “voto indefinido” (“swing vote”), que en repetidas ocasiones fue clave en casos de la alta instancia.