La extensión de capa de hielo en el Ártico ahora es la menor desde finales de la década de 1970, cuando comenzaron los registros con satélite, debido al cambio climático y el calentamiento global, y cada vez es más delgada, indicó hoy la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE.UU. (NOAA).
“Tenemos ahora menos hielo en el Ártico en marzo, la temporada pico, que en ningún momento desde el inicio de los registros con satélite, y además cada vez es más delgada”, aseguró Jeff Key, jefe del Centro de Investigación y Aplicaciones de Satélite de la NOAA, en una conferencia en el Club de Prensa de Washington.
La tasa de declive para el mes de marzo es del 2,6 % por década, desde finales de 1970, de acuerdo a los datos recogidos por la agencia federal.
Además, Key advirtió que el inicio del repliegue de la capa de hielo se ha adelantado “entre dos y tres semanas”, desde mediados de marzo a finales de febrero, en los últimos años.
Esta tendencia conlleva importantes implicaciones para las rutas marítimas, la pesca, la fauna local como los osos polares, la explotación de recursos naturales y las comunidades nativas de Alaska.
“Estamos avanzando hacia lo que potencialmente podría ser un Ártico sin hielo en verano cerca del año 2040”, precisó el científico, con sede en la Universidad de Wisconsin-Madison.
Por su parte, Ed Farley, director del Programa de Vigilancia y Evaluación del Ecosistema Pesquero de Alaska, en Juneau, citó los crecientes problemas que enfrentan las comunidades nativas en el norte de Alaska para llevar a cabo su pesca de subsistencia de ballenas ante el menor grosor del hielo en el Mar de Chukchi.
También los osos polares, agregó, han sufrido las consecuencias ya que se ven obligados a replegarse hacia el continente ante la incapacidad de sobrevivir en témpanos de hielo cada vez más frágiles, donde la comida les aporta menos grasa de la necesaria para sobrevivir los duros inviernos.
Ambos científicos advirtieron que los efectos de la reducción de la capa hielo no se concentran solo en el Ártico y zonas cercanas, sino que tienen influencias notables en el clima del resto del planeta como en la formación de huracanes o en el conocido como tercer polo, la cordillera del Himalaya.