SANTO DOMINGO. El dominicano es propenso a pensar en autoritarismo como solución a los principales problemas del país, lo que atribuyen expertos a la falta de confianza en el actual sistema político, y la incertidumbre de la sociedad.
Diariamente, ciudadanos de diferentes estratos sociales reaccionan con respuestas de fuerza ante los casos de inseguridad ciudadana y de corrupción que se viven en el país, pidiendo el regreso de exjefes de la Policía que fueron implacables contra los delincuentes, como Pedro de Jesús Candelier y Guillermo Guzmán Fermín.
También se recuerda a la figura del dictador Rafael Leónidas Trujillo Molina, que encabezó un régimen sanguinario por 31 años.
Esas expresiones han tenido cabida, además de los lugares públicos y encuestas, en las diversas redes sociales, donde hasta se han creado perfiles pidiendo que se repitan acciones de ese régimen de fuerza.
Marcos Villamán, rector del Instituto Global de Estudios Sociales (IGlobal), opinó que esta tendencia es provocada porque el país y el mundo se encuentran en una transición a lo desconocido y una incertidumbre de hacia dónde dirigirse.
“Ante la incertidumbre es normal que se recurra a las vías autoritarias como supuesta solución a los problemas, cosa que no es cierta”, puntualizó.
Villamán planteó que es momento para que los sectores pensantes y los políticos sensatos sean capaces de entender que la sociedad está demandando de ellos una propuesta alternativa a lo que se tiene como búsqueda de mejoría social.
“Si esos actores no responden a esas demandas sociales tendríamos una crisis que se va a prolongar más todavía”, argumentó.
Sostuvo que la realidad que se vive hoy facilita la búsqueda de respuestas totalitarias.
El politólogo Daniel Pou señaló que esto se debe a que hay desesperanza, falta de confianza y una sensación de indefensión en los dominicanos, porque las instituciones públicas que deberían servir de árbitro de la sociedad, no siempre se rigen por los paradigmas del Estado Social y de Derecho.
“Hay desesperanza, la gente ya no cree en nadie, no cree que puede suceder nada bueno y todos pretenden que la única manera de mejorar esta situación es buscando el atajo del autoritarismo y la violencia, pero de eso se han encargado las élites políticas de este país”, enfatizó.
Manifestó que hay una crisis de credibilidad en las instituciones, por lo que todo el mundo cree que la solución “para todo, para el tránsito, para el robo, son las soluciones de fuerza”.
Pou expuso que se ha vendido la idea de que la fuerza bruta es el mejor instrumento para organizar una sociedad, cuando a su entender esa idea es una falacia. “Esos son espejismos que la gente está albergando cuando surgen figuras como el nieto de Trujillo”, expresó.
Recientemente el nieto del dictador Rafael Leónidas Trujillo Molina, Ramfis Domínguez-Trujillo, lanzó sus aspiraciones a la Presidencia de la República, proponiendo “mano dura sin dictadura”.
“No hablemos de historia, hablemos del futuro. Una dictadura que pasó hace sesenta años no me preocupa, me preocupa la dictadura en que vive la República Dominicana ahora. Nosotros lucharemos incansablemente por la nueva restauración y por eso vengo hoy con determinación, humildad y espíritu de reconciliación a anunciar mi intención de conquistar la Presidencia”, dijo.
De inmediato, provocó el rechazo de dirigentes políticos y de la sociedad civil que condenaron sus pretensiones y las consideraron ilegales por violar la Constitución, en su artículo 20, y la Ley 5850 contra las promoción de las prácticas que se desarrollaron en el régimen de Trujillo, entre 1930 y 1961.
La democracia en la República Dominicana perdió 6 puntos porcentuales llegando a 54% en el informe de Latinobarómetro realizado en el 2016, ya que en el año anterior alcanzó el apoyo del 60% de las personas entrevistadas en el estudio. Otro dato que arrojó el estudio es que por quinto año consecutivo el apoyo a la democracia en América Latina no mejora, al registrar una baja de un punto porcentuales desde 2016, llegando al 53% en 2017. “Ello a pesar de que mejora el crecimiento económico entre 2016 y 2017”. La República Dominicana ocupa el octavo lugar con un 32% de satisfacción con la democracia, de un total de 19 países latinoamericanos reflejados en esa encuesta.
“Ante la incertidumbre es normal que se recurra a las vías autoritarias como supuesta solución a los problemas, lo que no es cierto”
Marcos Villamán
Rector de IGlobal
“La gente ya no cree en nadie, y pretenden que la única manera de mejorar esa situación es buscando el atajo del autoritarismo”
Daniel Pou
Politólogo