En la noche del domingo 17 de este mes, Gerardo llegó al mercado fronterizo que se realiza en esta comunidad haitiana, localizada a menos de diez kilómetros del municipio de Pedro Santana, provincia Elías Piña, para hacer lo que ha hecho durante últimos 20 años de su vida: vender clerén.
Fueron dos tanques los que trajo, y que se vendieron al detalle a primera hora de la mañana del lunes, que es cuando se realiza el mercado.
Lo que hace “popular” a esta bebida es el precio. Una botella de clerén solo cuesta 50 pesos; una “chatica”, 25; y hasta te venden diez pesos si tu solo tienes esa cantidad.
“Es más, tu llevas un envase y te dan a probar y hasta te lo fían”, narró uno de los asiduos a este mercando donde se comercializan además otros productos como ropas usadas, arroz, aceite y azúcar.
Gerardo es un ciudadano haitiano que hoy es perseguido por las autoridades de Haití y República Dominicana al ser señalado como la persona que distribuyó el alcohol que produjo la tragedia.
Sin embargo, en este lugar lo defienden, al decir que tiene años en este negocio “y nunca había pasado nada”.