CARACAS (Reuters) – El candidato opositor a la presidencia venezolana, Henrique Capriles, mostró el lunes su indignación después de que su rival electoral, el mandatario interino Nicolás Maduro, llamara a sus seguidores “herederos de Hitler”.
La transición hacia las elecciones del 14 de abril en la nación petrolera se ha caracterizado por ataques ásperos y personales entre los candidatos que buscan reemplazar al fallecido Hugo Chávez.
Durante el fin de semana, Maduro comparó las quejas efectuadas por la oposición contra los miles de médicos y profesionales cubanos que trabajan en Venezuela a cambio de ayuda petrolera con la persecución sufrida por los judíos en la Alemania nazi.
“Los herederos de Hitler dirigen una campaña en Venezuela contra el pueblo de Cuba”, dijo el presidente interino.
En una rueda de prensa, Capriles, quien es descendiente de judíos polacos por el lado materno, calificó las afirmaciones como intolerantes e ignorantes.
“¿Sabrá él quién era Hitler? Si lo sabe, lo que dijo es una barbaridad porque está diciendo a quienes piensan distinto que son asesinos”, dijo el abogado de 40 años, cuyos abuelos huyeron del antisemitismo en Polonia.
“Creo que tienen confusión, están enredados. Los dos grupos (opositores y chavistas) merecen el respeto de los que pretendemos gobernar”, agregó.
Tanto Maduro -un ex conductor de bus, ex canciller y heredero político de Chávez- como Capriles -un joven gobernador de un estado central- arrancarán oficialmente sus campañas el martes.
La mayoría de las encuestas dan a Maduro, de 50 años, ventaja en los sondeos previos, gracias en parte al contagio de la compasión generada por la muerte del carismático Chávez el 5 de marzo tras una batalla contra un cáncer.
Durante una prolongada conversación con periodistas, Capriles también criticó el uso que hace Maduro de los recursos públicos para su campaña y prometió un aumento de un 40 por ciento en el salario mínimo para compensar una reciente devaluación del bolívar.
Venezuela devaluó su moneda en un 32 por ciento este año a 6,3 bolívares por cada dólar y luego introdujo una segunda depreciación parcial, a través de un nuevo sistema cambiario complementario donde los dólares son subastados a más del doble del valor oficial, según analistas.