Las siete señales satelitales detectadas el sábado no provinieron del submarino ARA San Juan extraviado, informó este lunes la Armada de Argentina.
La noticia de que las llamadas provenían de la embarcación perdida desde el miércoles con 44 tripulantes a bordo había generado optimismo en las autoridades y familiares.
El vocero de la Armada, capitán Enrique Balbi, informó: “Recibimos el reporte de la compañía que analizó las señales y los siete intentos de llamada no provinieron del teléfono satelital del submarino”.
Por su parte, el capitán de navío Gabriel Galeazzi dijo que el capitán del ARA San Juan, almirante Gabriel González, había reportado “un principio de avería” en el sistema de baterías ese mismo miércoles.
Por este “cortocircuito”, el capitán recibió la instrucción de volver a la base, en Mar del Plata, antes de tiempo, agregó Galeazzi.
De todos modos, aclaró, “es normal que haya averías, se informan en cada momento”. “Un submarino es una ciudad navegando. Es algo normal”, continuó.
El sumergible partió el lunes desde Ushuaia y su última posición conocida fue en la zona del golfo San Jorge, en el Atlántico sur, a unos a 432 kilómetros de la costa.
“Nos llama la atención que no haya mayores indicios, no se detectaron señales como bengalas, hay mucha incertidumbre en cuanto a indicios que nos podría ayudar a localizarlo”, agregó Balbi.
Operativo de búsqueda
Desde el jueves que está en marcha el protocolo de búsqueda del ARA San Juan, pero fue en el fin de semana que la Armada argentina desplegó un amplio operativo con apoyo internacional.
El operativo de búsqueda y rescate cuenta con buques, helicópteros y una aeronave de exploración antisubmarina, así como con la colaboración enviada por países como Brasil, Chile, Colombia, Estados Unidos, Perú, Reino Unido y Uruguay. “Hace 30 años que la Armada no enfrentaba una operación de esta magnitud”, dijo Balbi.
Todas las operaciones de localización realizadas hasta la fecha se han enfrentado a un desafío en común: el mal tiempo.
El fuerte viento y las marejadas de hasta 8 metros de altura dificultan la exploración de la zona. Se estima que las condiciones meteorológicas mejorarán recién el martes.
Balbi informó que este tipo de naves tienen “90 días de poder operar fuera de su apostadero independiente de cualquier asistencia externa en condiciones normales de navegación”.
No obstante, tendría que salir a la superficie cada uno o dos días para “tomar oxígeno y recambiar el aire del interior”, agregó el portavoz.
En caso de no poder ir a la superficie o ser muy peligroso por las situaciones meteorológicas, agregó, “hay países que han hecho pruebas para calcular y, con todo lo que tiene el submarino, estamos hablando de siete días aproximadamente”.