El exembajador ruso en EEUU Serguéi Kislyak admitió ayer, poco después de dejar el cargo, contactos con los asesores de Donald Trump, pero negó una trama rusa para permitir la victoria del candidato republicano en las elecciones presidenciales en Estados Unidos.
“Hablamos sobre las cosas más elementales. La conversación fue absolutamente correcta, tranquila y totalmente transparente”, afirmó Kislyak durante una entrevista con la televisión pública rusa.
Kislyak se refería a la reunión que mantuvo con el antiguo asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Michael Flynn, al que dichos contactos le costaron el cargo en febrero, lo que provocó el estallido de una crisis que ha puesto contra las cuerdas a Trump e impedido el esperado deshielo entre Moscú y Washington.
Flynn tuvo que dimitir por mentir al vicepresidente de EEUU, Mike Pence, sobre las conversaciones que mantuvo con el embajador ruso antes de las elecciones de noviembre de 2016 y la investidura de Trump en enero pasado.
En cambio, el diplomático ruso negó hoy que sus conversaciones con Flynn fueran inapropiadas o abordaran asuntos secretos y sensibles que debían haber esperado a que la nueva Administración asumiera el cargo.
“En cualquier caso, nunca hubo ningún secreto por nuestra parte”. insistió Kislyak.
Figura central en la investigación en marcha en EEUU sobre la supuesta injerencia rusa en las elecciones que auparon al poder a Trump, insistió en que abordó con Flynn asuntos como la cooperación antiterrorista.
“Existen varios temas que son importantes para la cooperación entre Rusia y EEUU, especialmente el terrorismo. Ese fue uno de los temas que tratamos”, señaló.
Recordó que recibió instrucciones de no discutir con nadie el asunto de las sanciones occidentales por la anexión rusa de Crimea y la intervención en Ucrania.
“No tratamos las sanciones con nadie. Puede estar seguro de que cumplí fielmente esas instrucciones”, explicó.