A sus 24 años de edad, el joven Joan Guzmán no cuenta con un acta de nacimiento, ni otro documento que registre su nombre y sus datos personales. Solo sabe que nació en territorio dominicano, que su madre es de origen cubano y su padre haitiano.
El sector Los Guarícanos y el abrigo de su abuela lo vieron crecer y velaron por él, luego del abandono de su madre y la muerte de su padre. “Ahora mismo estoy solo”, precisó.
Recuerda que por falta de papeles acudió sólo a los primeros cursos de la educación básica, alcanzando el quinto grado. “Yo tengo 24 años, no tengo nada, no puedo hacer nada, ni siquiera puedo trabajar por falta de documentos”, alega.
Sus esperanzas están cifradas en poder inscribirse en la Ley de Naturalización, a tan solo cuatro días de que se cumpla el plazo concedido para la prórroga de 90 días, que decretó el Poder Ejecutivo, y que inició a finales del mes de octubre.
Guzmán está unido con una mujer dominicana y todavía no procrea hijos. Quisiera que cuando llegue el momento, sus vástagos puedan disfrutar de una nacionalidad.
Actualmente trabaja en un colmado, después de haber sido empleado privado y rechazado por la necesidad de identificación. “Estoy en un colmado cogiendo lucha, pasando trabajo”, exclama.
Alcadio Cuevas, cuenta una historia similar. Sus 24 años lo encuentran con sus manos vacías y sin ser reconocido por la sociedad. Sus padres eran haitianos.
Según narra, se desentendieron de él desde pequeño, por lo que ni siquiera recuerda sus rostros. “Ellos me dieron a unos dominicanos y me críe con ellos. No sé nada de mis padres”, expresa con nostalgia. Se desempeña como conductor de un camión que transporta mercancías diversas a Haití y espera poder registrarse en el Libro de Nacimiento de Extranjeros para las personas nacidas en el país, hijos de padres extranjeros en situación irregular.
Quejas
Ambos jóvenes se quejan de la lentitud del proceso. Al ser entrevistados por este diario, dijeron que llegaron a las oficinas gubernamentales del edificio Juan Pablo Duarte a las 7:00 de la mañana; y próximo a las 12:00 del día permanecían afuera de la edificación porque no los habían recibido, con el alegato de que había muchas personas en turno y debían regresar hoy.