Solo se alcanzaba ver el cuerpo de una joven que no pasaría de unos 23 años. Yacía en el suelo de madera de un pequeño muelle del malecón en la avenida George Washington, a las alturas de la Cancillería.
“¡Se lanzó al mar!”, se escuchaba decir a uno de los curiosos que hablaba a través de su mascarilla para protegerse del COVID-19, mientras grababa la escena con su celular.
“¡Tan joven!”, decía otro, que tomaba fotos y trataba de, con sus ojos, traspasar el cordón de seguridad que bordeaba el cuerpo para que la escena no fuera contaminada hasta que no llegara el médico Legista.
Se podía ver distancia el rojo de las uñas de los dedos de sus pies. Un pantalón jeans y un poloshirt gris.
Al lugar llegó la médico legista pasada las 5:00 de la tarde: “la muerte fue asfixia por inmersión, sin señales de golpes”, fueron sus cortas palabras al a prensa, sin identificar a la fallecida.
“La edad aproximada de 20 a 25 años y aparentemente presenta una asfixia por ahogamiento”, dijo y agregó la médico legista Magdalena Pérez, quien aportó que la joven tenía unas dos horas que había fallecido.
La cartera tipo mochila de color negro
Tras ser examinado el cuerpo por la autoridad competente e introducido a la ambulancia del Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif), la médico legista procedió en conjunto con el personal militar a sacar las partencias que llevaba la joven en una cartera tipo mochila de color negro.
Sacaron ropa (blusas y jeans), recibos de pago, un celular, una llave, un desodorante y otros detalles imperceptibles por la distancia y el cerco militar.