La investigación sobre la posibilidad de que el equipo del presidente de EE.UU., Donald Trump, se coordinara con Rusia durante las elecciones llegó a su círculo más cercano, tras el acuerdo de su yerno y asesor, Jared Kushner, de testificar voluntariamente ante un comité del Senado sobre sus contactos con representantes del Kremlin.
La Casa Blanca confirmó ayer que Kushner testificará “voluntariamente” sobre sus contactos con funcionarios rusos ante el comité de Inteligencia del Senado, que investiga los intentos de Moscú de influir en las elecciones presidenciales del pasado noviembre en las que Trump se impuso a la demócrata Hillary Clinton.
En rueda de prensa, el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, dijo que los contactos de Kushner con representantes rusos se debían a que el marido de Ivanka Trump, hija del mandatario, era el enlace oficial con Gobiernos extranjeros.
El portavoz aseguró que Kushner está “encantado” de tener la oportunidad de explicar su “papel y los individuos con los que se reunió”, para acallar “el frenesí mediático” levantado.
“Él era el punto de contacto con Gobiernos extranjeros hasta que hubo un equipo en el Departamento de Estado, ya que hubo un retraso (hasta que el secretario de Estado, Rex Tillerson, fue confirmado en febrero)”, explicó Spicer.
Según el diario The New York Times, Kushner se reunió con el embajador ruso en Washington, Serguéi Kislyak, tanto durante la campaña electoral como en el período de transición que va entre noviembre y el 20 de enero, cuando el mandatario asumió el cargo.