SANTIAGO.-Las inundaciones que se produjeron el martes en calles, avenidas e instituciones públicas y residencias y establecimientos privados, desnudan nueva vez la debilidad existente en Santiago del sistema de drenaje pluvial y la necesidad de que el tema sea tomado en serio por las autoridades municipales y el propio Gobierno.
Esa cantidad de agua que penetró a los hospitales José María Cabral y Báez y el infantil Arturo Grullón, dejan al descubierto también las irregularidades que existen en edificaciones que como los hospitales son de alta seguridad, porque albergan seres humanos.
Se trata de un crecimiento urbano sin planificación y un problema que se va acumulando en la medida en que crece la ciudad, sin que ninguna autoridad le ponga la atención que esa dificultad amerita.
Esta ciudad ha experimentado un crecimiento poblacional vertiginoso en los últimos años, tanto horizontal como vertical, pero junto con ello, se han incrementado los problemas del destino del agua que corren por las calles y avenidas cuando caen las lluvias.
Otro centro de gran prioridad en Santiago y donde el derramamiento de agua convierte en un charco sus instalaciones lo constituye el cementerio Cristo Vivo del Ingenio Arriba, donde cuando llueve familiares confrontan dificultades para sepultar a sus muertos.
Se trata de obras de carácter municipal, pero que las autoridades que han pasado por la alcaldía de este municipio, no han dado respuesta a esta problemática porque casi siempre no disponen de los recursos económicos para una inversión de esa envergadura.
Han denunciado los gobiernos locales que el Poder Ejecutivo incumple la Ley que establece la entrega del 10% de los ingresos del Estado, porque desde su aprobación hace unos 14 años, nunca le ha entregado dicha cantidad, eso hace que esas dependencias operen con deficiencia económica y no puedan enfrentar un problema tan medular como este.
Ojalá las nuevas autoridades que asumirán la dirección de la alcaldía de Santiago a partir del 16 de agosto de este año, tomen en cuenta esa problemática y comiencen a pensar en buscar soluciones al deficiente sistema de drenaje pluvial en la ciudad.
El problema se hace más grave por la falta de educación de la población, que aprovecha las lluvias para lanzar desperdicios a la corriente, desechos que obstaculizan el flujo de agua, tapando los pocos imbornales que existen.