El vicepresidente de Samsung Electronics y heredero del conglomerado surcoreano, Lee Jae-yong, fue interrogado ayer como sospechoso de un delito de soborno en el marco del caso de la “Rasputina”, que ha llevado a la destitución de la presidenta Park Geun-hye.
El directivo, de 48 años, se presentó ayer en la oficina del equipo de investigación en Seúl para someterse a un interrogatorio ante las sospechas de que el mayor conglomerado de Corea del Sur dio apoyo financiero a Choi Soon-sil, apodada la “Rasputina surcoreana” y considerada el cerebro de la trama, recogió la agencia Yonhap.
Choi Soon-sil, íntima amiga de la mandataria, está acusada de haber extorsionado, con la complicidad de Park, decenas de millones de dólares a los principales grupos empresariales del país asiático a través de dos fundaciones para apropiarse parte de los fondos.
Los investigadores creen que el grupo Samsung firmó un contrato por valor de unos 22.000 millones de wones (unos 17,5 millones de euros) con una empresa con sede en Alemania propiedad de Choi y dio además apoyo financiero para que su hija, que se dedica a la hípica, entrenara en el país teutón y adquiriera caballos.
Algunos apuntan a que el contrato se firmó a cambio del respaldo del fondo estatal de pensiones -cuyo presidente fue detenido en diciembre por su supuesta participación en el escándalo- a un importante acuerdo de fusión entre las filiales de Samsung en 2015.
El equipo de investigadores busca determinar si la oficina presidencial presionó al fondo público para apoyar la fusión a cambio de favores de Samsung hacia Choi.
El grupo donó, además, 20.400 millones de wones (16,3 millones de dólares) a dos fundaciones operadas por la “Rasputina”, un dinero que el conglomerado ha insistido en que creía que estaba destinado a promover la cultura local en el extranjero y el deporte.
El propio Lee, presidente de facto del poderoso grupo, ya negó durante una comisión parlamentaria en diciembre haber donado dinero a cambio de favores a la “Rasputina”.
Lee Jae-yong tomó las riendas del conglomerado Samsung después de que su padre, Lee Kun-hee, sufriera un infarto en mayo de 2014, que aún lo mantiene hospitalizado y sin habla.
