ESPERANZA.-Es verdad que, de sus estructuras, son pocos los detalles los que quedan en pie…pero el Ingenio Esperanza, a través del tiempo, es un gigante que se resiste a desaparecer totalmente.
Transcurren más de veinte años desde el 1987 cuando este central azucarero clausuró sus actividades en esta localidad noroestana para dar paso a un nuevo modelo económico en la zona: el de la zona franca.
La estructura donde se procesaban grandes cantidades de azúcar fue desmontada, en gran parte. Los ejecutivos y trabajadores, entre ellos cientos de braceros, debieron de dispersarse tras este inesperado cierre.
Los extensos sembradíos de caña que circundan los campos adyacentes a Esperanza comenzaron a reemplazarse por otros cultivos, sobretodo de arroz.
Pero el Ingenio, aunque cesó sus operaciones hacen ya 28 años, no ha desaparecido por completo. Y si alguien osa poner esto en dudas, vamos a ponerle el mejor botón de muestra.
La Chimenea
No hay quien circule por este pueblo que no advierta, a lo lejos, un elemento que se destaca al Este-Sureste por encima de todas las demás estructuras locales.
Es la chimenea de lo que fue el Ingenio Esperanza, un vestigio que se resiste a desaparecer por completo aun con el paso del tiempo.
Este conducto está ahí firme, en pie, como para recordarles a los habitantes y a las personas que visitan la zona, que aquí existió un gigante que los intereses hicieron colapsar en 1987.