SANTIAGO.-La indignación que dan los actos de violencia, delincuencia, corrupción y violación a las leyes, que en los últimos años dominan la agenda nacional, hacen que a 66 años del asesinato de Rafael Leonidas Trujillo Molina, quien durante 31 años implantó una cruel dictadura en el país, muchas personas clamen por ese régimen.
El dolor dejado por la desaparición de cientos de personas, la opresión implantada por dicho régimen, no han sido suficiente, para que algunos de las nuevas generaciones e incluso muchos que lo vivieron apelen a tan nefasto momento de la historia dominicana.
Resulta que el país experimenta una creciente ola de hechos violentos en los que se incluyen de asesinatos, entre los que se incluyen miembros de la Policía Nacional y el Ejército de República Dominicana a manos de delincuentes, robos, atracos, asaltos, violaciones y otras manifestaciones de violencia, que no eran comunes durante la dictadura.
Es por ellos que, justo al cumplirse éste 30 de mayo, un nuevo aniversario de la desaparición física del impulsor de tan odiado régimen, personas en círculos y los propios medios de comunicación tengan la osadía quizás por ignorancia, de decir expresiones como, “cuanta falta hace Trujillo”, como repuesta a la impotencia frente a dichos hechos.
El impacto de esta dictadura y las huellas dejadas en la mayoría de los dominicanos, nobles fueron tan fuertes que se creía, que nunca, tanto en aquellos que vivieron el régimen y las nuevas generaciones, se iba a escuchar este tipo de expresiones de anhelar la repetición de una administración, como esa.
Dichas peticiones deben servir de estímulo, para que las autoridades en este nuevo aniversario pongan mayor empeño, en el restablecimiento del orden y la aplicación de la Ley, para que los hechos que mantienen hastiada a la mayoría de la población, desaparezcan del escenario y se recobre la paz y tranquilidad que tanto anhelan.
Rafael Leonidas Trujillo Molina asumió el poder en 1930, extendiendo su cruel mandato hasta el 30 de mayo, cuando un grupo de valientes miembros de los cuerpos castrense del país, decidieron ponerle fin con su asesinato.