Ciertos hechos en las instituciones llamadas a marcar pautas en la sociedad dominicana no hacen menos que provocar indignación, frustración y explicar la causa de tanta violencia, delincuencia y desorden social.
Ni más ni menos queridos lectores. Esta sociedad está corrompida hasta los huesos porque se dedica mucho esfuerzo, cuidado y esmero para hacerlo desde arriba.
Habló de las cúpulas del poder que no tienen el más mínimo reparo en cubrir las huellas de los escándalos de corrupción, justificar los corruptos y el desorden cuidadosamente armado para hacer millonarios y miserables a unos cuantos y cada vez más pobre a todo el resto.
La violencia que vive la sociedad dominicana, no es más que un alarido del dolor, le hedor y la indignación que causan. Suerte que la mayoría, la inmensa mayoría está tan distraída que no puede darse cuenta.
Distracción que surge de los afanes cada vez más intensos por vivir, por lograr ciertas metas que permitan romper la cadena de miseria que va creando la falta de oportunidades en la población.
Distribución los temas y cortinas de humos para ocultar los escándalos y crean las condiciones para justificar la loa desfachatez y la falta de conciencia quienes no tienen más interés que por el dinero, sin importar de donde venga ni el precio que cuenta a ellos, a sus familias o gentes que no conocen pero existen y tienen las mismas expectativas que usted y que yo.
Congreso Nacional
Además de mutilar la Ley de Salario, que busca regular el relajo de burlarse y humillar a este pueblo a través de salarios mensuales para un grupito que se lleva en las uñas en un solo mes lo que millones de dominicanos no lograran en cinco años, el grueso de los congresistas dominicanos justifica con increíble desparpajo el botín que popularmente denominan como el barrilito.
Lo que está ocurriendo en este país con eso de los salarios y con el manejo de los fondos públicos merece una respuesta contundente de la población y de los pocos que se atreven a cuestionar el infeliz derrotero ha que esas aves de rapiñas llevan a este país.
Los compromisos de préstamos girados y no pagados, contratas, deudas y mil formas de chantajes han convertido este país en tierra de nadie. Y Como lo que es de nadie no tiene dueño, buscar su parte el botín parece ser la regla más aceptable.
SCJ
La Suprema Corte de Justicia (SCJ) ha dado otro paso agigantado de Cangrejo. Una puñalada mortal a la Ley sobre Libre Acceso a la Información Publica al justificar con tan infeliz argumento que las instituciones publicas no entregan las nóminas a quienes las soliciten amparado en la citan ley.
Lo primero que se me ocurre es pensar en el noble congreso que camina hacia en aparente retroceso. Pero el Cangrejo lo hace sin ninguna malacia. No como nuestros magistrados del alto tribunal para justificar que un carajo con relaciones de Poder ponga a su secretaria y su manante a ganar 300 mil pesos al mes y que nadie pueda tener las evidencias para denunciarlo.
Solo para amarla el escándalo porque eso no es delito. Claro Está. Esta finca la heredaron todos ellos con todo los peones que la habitamos. Ese dinero que en otras naciones llamaran fondos públicos aquí es dinero particular ellos que pueden disponer sin darle cuanta a nadie.
Y si alguien osara una diablura tal que se pueda hacer un expediente no importa,, Porque la justica es ciega y no ve a los corruptos, ni a los delincuentes se disfrazan de políticos de profesión
Nada que pase en el Estado debe ser secreto para sus ciudadanos y las nóminas deben ser tan pública como la vida de todo el que decida administrar o participar de alguna manera en Estado.