GAZA. Este fin de semana ha aumentado el temor a un conflicto por el incremento de la tensión en la frontera entre Israel y Gaza, después de que hoy se confirmara la muerte de dos menores palestinos en los ataques de represalia por una explosión ayer al paso de un convoy que hirió a cuatro soldados.
El Ejército israelí admitió hoy haber atacado 18 objetivos que definió como “centros de terror” de Hamás, en respuesta “a los actos de terrorismo” de la tarde anterior.
Los cuerpos de dos palestinos de 17 años, Salem Mohamed Sabah y Abdullah Ayman Abu Sheija, ambos del barrio de Al Salam, en Rafah, fueron rescatados según dijo hoy el portavoz del Ministerio de Salud en la Franja, Ashraf al Qedra.
Fuentes de seguridad del movimiento islamista Hamás en Rafah, añadieron que, en total, seis personas fueron alcanzadas por los disparos de un tanque en la tarde de ayer cuando intentaban cruzar hacia Israel.
Estas mismas fuentes aseguraron que dos murieron, dos quedaron heridos y otros dos fueron arrestados por las fuerzas de seguridad de Hamás que insisten en que ninguno era miliciano sino “jóvenes de entre 17 y 20 años”.
Tanques de guerra
El Ejército respondió con disparos desde tanques y bombardeos aéreos la detonación de una bomba que fue activada por control remoto al paso cerca de la divisoria de un convoy militar, que se acercó a retirar una bandera palestina durante sus actividades rutinarias de patrulla.
La explosión causó heridas a cuatros soldados, dos de los cuales están graves.
Según un comunicado castrense, poco después fueron atacados, entre otros, ocho objetivos en un complejo militar cerca de Deir El Balah, que incluía un lugar de fabricación de armas e infraestructura de entrenamiento, dos puestos de observación y un túnel ofensivo construido por Hamás en el barrio de Zaitun hacia territorio israelí.
“Estábamos durmiendo y de repente un avión israelí atacó una instalación de entrenamiento militar que pertenece a Hamás y está cerca de nuestra casa, que tembló como si fuera un terremoto”, contó hoy a Efe Abu Saed, de 62 años y residente en una de las casas afectadas del barrio de Shujaiye.
“Nadie resultó herido físicamente pero las ventanas han sido seriamente dañadas. Espero que esto termine pronto, estamos muy cansados de este conflicto, pero ¿qué podemos hacer?”, declaró.
La explosión de ayer en la frontera es una de los incidentes más graves desde la operación militar de Margen Protector de 2014, sostuvo hoy el diario Israel Hayom.
El Ejército aseguró que ve “con gran gravedad el incidente” que calificó de “un intento de desestabilizar la Franja de Gaza”, mientras que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, advirtió desde Munich (Alemania), donde se encuentra de visita, que el país “responderá en consecuencia”.
La violencia tiene lugar en medio de continuas alertas sobre el aumento de la tensión en Gaza y el agravamiento de la situación humanitaria que, según expertos y el Ejército israelí, podría llevar a un nuevo conflicto armado entre Israel y Hamás.
De momento, nadie ha reclamado la autoridad de la explosión en la frontera pero Israel considera responsable a Hamás de todos las agresiones cometidas por las milicias armadas desde la Franja.
Por su parte, Hamás culpa a la ocupación israelí de la escalada en el territorio, según declaró anoche Hazem Qasim, portavoz del movimiento.
El servicio de inteligencia interior israelí, Shin Bet, desveló hoy la detención de una célula de la pro iraní Yihad Islámica -considerada autora de la mayoría de los lanzamientos de cohetes desde el enclave- que planeaba hacer estallar un explosivo contra un convoy del ministro de Defensa, Avigdor Lieberman.
El exdirector del Departamento de Terrorismo de la Oficina del Primer Ministro israelí, Nitzan Nuriel, cree que en este caso los autores de la detonación de ayer estarían relacionados con los Comités de Resistencia Popular que suelen actuar con el permiso de Hamás.
Los analistas coinciden en que la situación es “volátil”, como el columnista israelí Yosi Melman que en un artículo publicado hoy en el periódico Maariv advierte de que este no será el último incidente.Saud Abu Ramadán