Santiago. Con pedazos de maletas viejas y neumáticos desechables, Rafael Pérez decidió levantar su casucha en la avenida Mirador Yaque, en pleno caso urbano.Al lado de la destartalada vivienda también construyó una cocina improvisada con un fogón de piedras agregada a una baranda de la acera de dicha avenida. Pérez de aproximadamente 60 años de edad es nativo de la comunidad El Paso, de Moca. “Vivo de vender batatas y chinolas y aunque tengo casa en Moca, el peligro de venir de madrugada me hizo construir mi camita frente al mercado Hospedaje Yaque”, indica Pérez al hablar con reporteros de elCaribe. En principio Rafael solo decidió hacer una carpa cercana al puente Pelón, próximo a la calle Espaillat, pero con los días fue ampliando el espacio. Los sacos y pedazos de cartón le sirven como cama.
Hogares improvisados
El caso de Rafael Pérez no es exclusivo de indigentes que deciden levantar casas en plena ciudad. A escasa distancia otro hombre construyó su vivienda en los barrancos de la avenida Mirador Yaque. Antonio, quien aparenta unos 80 años de edad, es otro de los casos. Vino a Santiago con el propósito de quedarse, a pesar de no tener familiares ni un techo donde alojarse. Antonio, nativo de Nagua, provincia María Trinidad Sánchez, tras varios días de dormir en el suelo, buscó pedazos de cartón y también construyó lo que llama su hogar.
Para ganarse el sustento, utiliza un triciclo, a pesar de la enfermedad que según dice padece y que poco a poco lo va carcomiendo. Cuando llueve, Antonio sabe que debe soportar la inclemencia del tiempo. En varias avenidas, edificios abandonados y hasta los dos elevados con que cuenta Santiago, se cobijan mujeres con hijos, o jóvenes consumidores de drogas de los llamados “piperos” utilizan cartones que sirven como cama para pasar allí sus noches.
Personas con trastornos también ocupan parques
En algunos casos, los bancos de los parques sirven como cama. La facilidad con que se establecen en pleno casco urbano y construyen casa preocupa a ciudadanos de esta ciudad, que ven cierta permisibilidad en las autoridades del municipio. También lo atribuyen a la falta de vigilancia. Esto hace que la gente sienta temor de acudir a recrearse a estos lugares.
