SANTIAGO.-Este miércoles de Ceniza la Iglesia Católica inicia la Cuaresma y este día, que es para los católicos día de ayuno y abstinencia, igual que el Viernes Santo, se realiza la imposición de la ceniza a los fieles que asisten a misa.
La imposición de las cenizas nos recuerda que nuestra vida en la tierra es pasajera y que nuestra vida definitiva se encuentra en el Cielo
La Cuaresma comienza con el Miércoles de Ceniza y es un tiempo de oración, penitencia y ayuno.
Cuarenta días que la Iglesia marca para la conversión del corazón.
Estas cenizas se elaboran a partir de la quema de los ramos del Domingo de Ramos del año anterior, y son bendecidas y colocadas sobre la cabeza de los fieles como signo de la caducidad de la condición humana; como signo penitencial, ya usado desde el Antiguo Testamento; y como signo de conversión, que debe ser la nota dominante durante toda la Cuaresma.
La celebración de este día puede iniciarse con una procesión penitencial desde el exterior del templo, desde una capilla vecina, o por lo menos una entrada procesional del sacerdote celebrante y los ministros sagrados.
Mientras ocurre esta procesión se cantan las letanías de los santos.
Una vez llegados al altar, omitiendo los ritos iniciales y el rito penitencial, el celebrante reza inmediatamente la oración colecta.
En seguida se proclaman las lecturas (Joel 2, 12-18; Salmo 50, 3-6.12-14.17; 2 Corintios 5,20 – 6,2) que recuerdan el sentido de penitencia, conversión y arrepentimiento de los pecados.
El evangelio, proclamado por el diácono o el sacerdote celebrante (S. Mateo 6, 1-6. 16-18), recuerda cómo debe ser la penitencia, la oración y el ayuno agradable a Dios.