Santiago.-La Iglesia Católica de Santiago, mostró ayer preocupación por la violencia en los centros escolares porque esos espacios de enseñanza deberían ser modelos de civismo y tolerancia.
Camino en su nota editorial dijo que en esos centros se forjan los ciudadanos que necesita la sociedad para transformarla y hacerla cada vez más civilizada.
Sin embargo, sostuvo que lo que “estamos mirando es intolerancia, falta de respeto hacia los profesores y compañeros de aula, y otros tipos de conductas alejadas de las normas y valores que dan sentido a nuestra vida”.
“Cuando buscamos, revisando el historial familiar de los estudiantes que provocan estas situaciones conflictivas y llenas de terror en los centros educativos, encontramos que vienen de familias destruidas, en donde la violencia intrafamiliar es una cotidianidad”, sostuvo.
Indicó, asimismo, el editorialista que luego llevan esa carga de resentimiento y maldad hacia la escuela.
“Sumemos a esta realidad la falta de modelos a seguir que tienen nuestros jóvenes, quienes se encuentran con adultos que viven en una dicotomía entre lo que predican y lo que hacen”, donde promueven una vida fácil, y rindiendo culto al tener.
Informó que acumular bienes es la meta, no importan los medios y que con estas actitudes estamos conduciendo a nuestros muchachos a una existencia sin rumbo.
“ Y como dice el refrán: El que siembra vientos, cosecha tempestades!”, agregó Camino.
Informó que llegó la hora de frenar tanta violencia que ahora se traslada a los recintos escolares, antes de que lleguemos a situaciones incontrolables, en donde jóvenes desorientados sean los que determinen cuándo debe haber paz y sosiego en la escuela.
Dijo que el Ministerio de Educación, con la Asociación de Padres, Madres y Amigos de la Escuela como aliada, y la comunidad en general, tienen que buscar salidas rápidas a este fenómeno social, y crear el clima propicio para ejercer la docencia.
También, propuso el inicio de talleres de relaciones humanas y solución de conflictos tendentes a ir disminuyendo la atmósfera de violencia que se está respirando en muchos centros educativos.