SANTIAGO.-El contraste de la la miseria que se vive en la República Dominicana coloca al país en un terreno minado que abre espacio a la violencia institucionalizada”, afirmó la Iglesia Católica de Santiago en el editorial de Camino de esta semana.
“Cuando en un país miramos la opulencia y la miseria encontrándose de frente, se está pisando terreno minado que abre espacio a la violencia institucionalizada”, ratificó Camino.
Indicó que esa realidad perturba la paz social y genera acciones que van socavando las bases de una convivencia fraterna.
Informó que “el dolor que provoca esta brecha social es mayor cuando los responsables de cambiar ese panorama, a través de la acción política, son los principales promotores de esa irritante desigualdad”.
Manifestó el editorial de Camino que por eso la democracia dominicana en muchos aspectos tiene matices de caricatura.
“Los que nos representan hace tiempo que se olvidaron de desempeñar ese papel con dignidad”, puso de manifiesto.
Señaló que para muchos su meta es enriquecerse, cambiar de estatus y vivir como príncipes, aunque estén rodeados de conciudadanos a quienes les falta hasta lo indispensable para vivir.
En este contexto, dijo “enmarcamos la codicia constante de amasar fortuna a costa de los más necesitados”, tras señalar que por eso el afán de aprovechar sus posiciones administrativas para arroparse de privilegios, convirtiéndose en una clase selecta con estilo de vida propios de un país del primer mundo.
“Dentro de ellos están los senadores, quienes acaban de aumentarse 70 mil pesos. Ahora su sueldo será de 320 mil mensuales. Se agregan otros beneficios que los llevan a ser dominicanos muy especiales”, dijo.
Y aun con esa cantidad de dinero, recientemente “escuchamos a una integrante de ese poder del Estado expresar que esto no le alcanza ni para comprar una botellita de agua”.
Y sostuvo que al contemplar esta afirmación, y mirando como la gente hace malabares para sobrevivir con sueldos de miseria.
Indicó que en ese sentido, tienen que concluir, “con dolor en el alma, que hace tiempo que nuestro pueblo se está muriendo de sed”.