La iglesia católica de Estados Unidos gastó entre junio de 2013 y el mismo mes de 2014 unos 120 millones de dólares para apoyar a víctimas de abuso sexual de clérigos y 30 millones en programas de prevención de la pedofilia, según un informe anual publicado ayer.
La mayor parte de los 150 millones de dólares se destinaron a indemnizaciones, terapias de las víctimas y gastos legales, indicó el informe, encargado por la Conferencia episcopal de Estados Unidos.
Desde que en 2002 estallara un escándalo sobre actos de pedofilia cometidos por sacerdotes, los obispos de Estados Unidos realizan un estudio anual sobre las denuncias presentadas al respecto en el país.
Altos funcionarios de la iglesia reconocieron que habían protegido a sacerdotes responsables de abusos sexuales de niños.
Según el informe, hubo en el período considerado 657 denuncias de abusos sexuales a menores de parte de sacerdotes, de los cuales 130 han sido reconocidos, 243 están todavía bajo investigación y el resto no han sido probados.
La mayoría de las denuncias se refieren a acontecimientos que tuvieron lugar años antes.
“No debemos ser complacientes con lo que se ha logrado. Debemos continuar cumpliendo nuestra promesa” de sanar lo ocurrido en 2002, dijo el presidente de la Conferencia episcopal, el arzobispo Joseph Kurtz.
“La iglesia ayudará a (…) echar luz sobre lo oscuro y a combatir el mal y los abusos dondequiera que se cometan”, agregó.