Centros de vacunación y hospitales del Distrito Nacional se encuentran prácticamente vacíos, donde cada vez asisten menos personas. A diferencia de semanas anteriores, los centros hospitalarios lucen con pocos familiares esperando tener noticias de parientes afectados de Covid.
En un recorrido realizado por periodistas de Listín Diario, por diferentes hospitales y centros de vacunación se pudo observar que todo transcurría en total calma, con poco flujo de personas en esos espacios.
En el hospital Francisco Moscoso Puello, la encargada de dar información a los parientes que esperan por noticia de sus familiares, se vio llamar a solo unos cuantos que se encontraban allí, entre ellos los de Domingo Cáceres.
“Está saturando bien” explica la responsable a la mujer que esperaba por información de su pariente, quien se mostró confundida con lo que se le estaba informando.
“¿Entiende lo que es saturación?”, la señora niega, y amablemente la encargada procede a explicarle el término y la condición del paciente.
Tras recibir las informaciones, los visitantes vuelven a sus asientos, donde deben esperar que nuevamente se cumpla la hora de volver a dar otro parte médico, tiempo que algunos aprovechan para salir a hacer una que otra diligencia, si les queda cerca del lugar, como es el caso de las analíticas, ya que algunas de ellas no se realizan en el centro.
Quien da la información, explica a Listín Diario que los familiares que buscan saber el estado de los pacientes siempre están preocupados y que tienden a deprimirse por la situación por la que están pasando. Sin embargo, la mayoría se encuentra esperanzada y una vez recibida la información proceden a agradecer y alabar a Dios por la mejoría.
Centro de vacunación
Mientras que, el centro de vacunación que funciona en el Estadio Olímpico este sábado también se encontraba casi vacío. Solo tres personas, incluyendo esta reportera, estaban en el lugar para inocularse.
Los empleados se observaban “matando el tiempo” con sus celulares o conversando.
Llega una persona a vacunarse y todos se miran, preguntándose quién es que la va a atender. “Le toca a ella, a la de la esquina”, expresa una joven de registro.
Luego de registrada, la vacunación es rápida, y ya ni siquiera se exige que las personas se queden 15 minutos en caso de que haya efectos secundarios.
Otros centros de vacunación cierran temprano, a las 11, y algunos simplemente trabajan de lunes a viernes.