Estambul, 1 ene (EFE).- Un ataque armado contra el exclusivo club nocturno “Reina” de Estambul, situado en la orilla europea del río Bósforo, perpetrado poco después de la llegada del Año Nuevo, ha causado al menos 39 muertos y 69 heridos, entre ellos numerosos extranjeros, mientras que el atacante sigue a la fuga.
El ataque sucedió a la 01.30 hora local (22.30 GMT) cuando un desconocido, supuestamente disfrazado de “papa Noel”, abrió el fuego contra la gente con un arma automática.
Las autoridades turcas impusieron tras el ataque un bloqueo informativo, una medida habitual después de grandes atentados en el país eurasiático.
A pesar del enorme despliegue de seguridad montado en Estambul con motivo de la Noche Vieja, el hombre sigue a la fuga, señala la prensa local.
“Nuestra Policía ha puesto en marcha una operación y esperamos que sea capturado pronto”, manifestó en la madrugada el ministro turco del Interior, Süleyman Soylu, citado por la agencia de noticias Anadolu.
Hasta ahora se han identificado 21 víctimas, de ellas 16 extranjeros de nacionalidades no especificadas, mientras que los otros cinco son ciudadanos turcos.
Entre los 69 heridos que están recibiendo tratamiento, hay al menos cinco heridos graves, entre ellos un ciudadano tunecino, informaron las autoridades turcas.
A la falta de una confirmación oficial turca, el Gobierno israelí informó de una joven israelí de 18 años muerta en el atentado, mientras que el canal Al Arabia señala que entre los fallecidos hay dos tunecinos.
Según el gobernador de Estambul, Vasip Sahin, el atacante mató primero a un agente de policía y a un civil en la puerta de la discoteca, antes de acceder al lugar y abrir fuego contra la gente.
El club Reina es un conocido lugar de ocio de la alta sociedad de Estambul y frecuentado por celebridades, futbolistas y empresarios.
Un camarero del local indicó al diario Hürriyet que en el local había unas 500 o 600 personas festejando la llegada del 2017.
Según relatan testigos al mismo diario, numerosos clientes de la discoteca se lanzaron al mar, y la guardia costera realizó una operación de rescate para salvarlos.
El dueño del club, Mehmet Koçarslan, aseguró al diario Hürriyet que los servicios secretos estadounidenses ya habían avisado de posibles ataques una semana antes y que se habían tomado medidas adicionales de seguridad a orillas del Bósforo.