La tormenta tropical Hermine, que se esperaba volviera a adquirir la categoría de huracán, ganó fuerza el domingo en su lento avance por la Costa Este de Estados Unidos, desbaratando planes de playa en un fin de semana feriado.
Hermine ya ha causado dos muertes, dañado propiedades y dejado a cientos de miles de personas sin electricidad desde Florida a Virginia. También propició un tornado en North Carolina y cerró playas hacia el norte hasta Nueva York. “Este no es un fin de semana de playa para nadie desde el Atlántico Medio hasta el noreste”, dijo Eric Blake, especialista en huracanes en el Centro Nacional de Huracanes en Miami.
Hermine se formó en el golfo de México y el viernes azotó Florida como huracán categoría 1 antes de debilitarse frente a Georgia. A las 5 de la mañana del domingo, sus vientos sostenidos máximos alcanzaban los 100 kilómetros por hora (65 millas por hora) en su rumbo al este nordeste, y se movía a 19 kph (12 mph).
Se esperaba que virase al norte el domingo, y por el momento tenía su centro unos 360 kilómetros (225 millas) al sureste de Ocean City, Maryland.
Los meteorólogos esperaban que Hermine volviera a convertirse en huracán el domingo en su recorrido por la costa, antes de debilitarse de nuevo a tormenta tropical para el martes. Los gobernadores de la zona anunciaron preparativos de emergencia.
Las alertas por tormenta tropical llegaban Connecticut. Y dado que el nivel del mar ha subido hasta un pie (unos centímetros) debido al calentamiento global, el oleaje provocado por la tormenta podría ser aún más dañino, indicaron expertos en clima. Michael Mann, de la Universidad del Estado de Pennsylvania, señaló que el aumento de un pie en el nivel del mar registrado este siglo en la ciudad de Nueva York supuso que 64 kilómetros cuadrados (25 millas cuadradas) más se vieran inundados durante la supertormenta Sandy, provocando miles de millones de dólares adicionales en daño.
“Ya experimentamos más y más inundaciones debido al cambio climático en cada tormenta”, explicó Michael Oppenheimer, profesor de geociencias en la Universidad de Princeton. “Y es sólo el principio”.