Juan Pablo Duarte definía la política como “la ciencia más pura y la más digna, después de la filosofía, mientras Platón en una discusión moral sobre esta, concluyó diciendo que “el bien y el mal no son relativos, por tanto, el fin de la política es hacer el bien”. La política es buena, porque “los hombres son buenos” según Motti, “es la sociedad que los corrompe” afirmaba Rosseau, por lo que, está más que justificado desde las ciencias políticas asumir el poder con humildad, compromiso social y con una visión democrática, sin embargo, eso no anula el pragmatismo de Maquiavelo, las leyes de Robert Greene, ni los principios de preparación para la guerra constante de Sun Tzu.
El presidente Luis Abinader tomó la decisión más valiente que ha tomado presidente alguno en materia de poder en la Republica Dominicana, modificar la Constitución para convertir los dos periodos y nunca más en una normativa pétrea, una acción anti natural, pero con mucho sentido democrático; el caudillismo ha sido históricamente uno de los grandes males que ha retrasado el desarrollo político dominicano, sin embargo, esa valiente medida reconfigura la forma en cómo podría ser visto de ahora en adelante por los menos leales a su proyecto presidencial y al proyecto político del PRM.
La reforma de modernización fiscal evidenció parte de esto, dio un síntoma de algo que no anda bien y no fue el rechazo de la población a la propuesta, lo cual se enmarca en los principios democráticos que han caracterizado al gobierno de Luis Abinader, sino la falta de apoyo de líderes importantes del PRM que pusieron sus intereses individuales por encima de la obra de gobierno del presidente, solamente Wellington Arnaud, Ito Bisonó y Yayo de los denominados presidenciables salieron a los medios a defender la posición del gobierno (discusión de las propuestas), los demás esperaron que la crisis se agudizara y se sacara la propuesta del Congreso, algo similar sucedió con la propuesta sobre la reducción de 53 diputados.
Uno de los temas sobre los que más se ha escrito es el poder, buscando comprender su naturaleza, como se alcanza y ahora Moisés Nahin intenta entender cómo se mantiene en el siglo XXI; Jonh Kenneth Galbraith en su libro Anatomía del Poder, define los instrumentos a través de los cuales este se ejerce: condigno (uso de la fuerza o amenaza), compensatorio (uso de la recompensa) y condicionado (estructuración social del poder), es fundamental en este momento donde el presidente Abinader está deconstruyendo toda una cultura del caudillismo en la República Dominicana, utilizar sin emociones y de forma estratégica esos instrumentos.
El poeta, dramaturgo, novelista y científico francés, Johann Von Goethe decía que, las únicas armas que nos permiten obtener de la gente lo que queremos, son la fuerza y la astucia. Dicen que también el amor es un arma de ese tipo, pero ello equivale a esperar los días soleados, y en la vida es necesario aprovechar cada instante. El presidente necesita dar un golpe en la mesa y dejar claro quién es quien manda, además de compensar a los leales, ya que serán fundamentales para su permanencia en el poder más allá de la presidencia de la república.