Haití termina un 2016 difícil tras el azote del potente huracán Matthew, que dejó cientos de muertos y miles de refugiados, pero si se confirman los resultados electorales preliminares, la nación recibirá el 2017 con un nuevo presidente, después de que se aplazaran varias veces los comicios.
Este país, el más pobre de América, inició este año en medio de una crisis política, que impidió elegir al sucesor del expresidente Michel Martelly, por lo que el 15 de febrero el entonces titular del Senado, Jocelerme Privert, se hizo cargo provisionalmente del Ejecutivo hasta que se celebraran comicios.
El detonante de la crisis fue el cuestionamiento a las elecciones presidenciales de octubre de 2015, cuyo resultado finalmente fue invalidado en junio de este año, lo que sumió nuevamente a Haití en una situación de inestabilidad, agravada por la creciente situación de inseguridad.
En esas elecciones Jovenel Moise, del Partido Haitiano Tet Kale (PHTK), el partido de Martelly, obtuvo un 32,81 %; y Jude Celestin, de la Liga Alternativa por el Progreso y Emancipación Haitiana (Lapeh), el 25,27 %.
Sin embargo, Celestin denunció los resultados por fraudulentos y logró el respaldo de otros seis candidatos, quienes se agruparon en el denominado G-7 y presionaron hasta conseguir que se anularan.
La Comisión de Verificación propuso la anulación de los comicios por haber detectado serias irregularidades y recomendó la celebración de un nuevo proceso electoral, lo que fue aceptado por el Consejo Electoral Provisional (CEP) que convocó elecciones nuevamente para el 9 de octubre.
Sin embargo, cuando todo estaba listo para la nueva cita con las urnas, el 4 de octubre el huracán Matthew tocó tierra en el oeste de la empobrecida nación dejando una estela de muerte y destrucción.
El balance oficial da cuenta de 546 fallecidos, 128 desaparecidos y 175.000 desplazados por el paso del huracán, que afectó directamente, según datos de la ONU, a 1,4 millones de personas, y dejó a unas 800.000 necesitadas de ayuda alimentaria.
Matthew provocó la peor crisis humanitaria después del terremoto de 2010 que dejó unos 300.000 muertos, y causó un rebrote del cólera, una enfermedad introducido en Haití por un contingente de cascos azules nepalíes desplegados en la isla para ayudar tras el sismo.
Seis años después de la aparición del cólera en Haití, el pasado 1 de diciembre, la ONU se disculpó con el país por su responsabilidad en la epidemia y urgió a la comunidad internacional a aportar fondos para ayudar a los afectados por la enfermedad.
Ante la magnitud de la crisis causada por el huracán, el CEP aplazó los comicios para el 20 de noviembre, una jornada que transcurrió con normalidad, pero con una muy baja participación.
Los resultados preliminares, publicados una semana después, dieron la victoria por un holgado margen y sin necesidad de una segunda vuelta a Jovenel Moise.
De acuerdo con estos resultados, Moise ganó las elecciones con un 55,67 % de los votos, mientras que su más cercano contrincante, Jude Celestin, logró el 19,52 %.
Los resultados definitivos será publicados el próximo día 29 y si se confirman los preliminares, Moise, un empresario del sector bananero, se convertirá en el próximo presidente de Haití.
La Organización de Estados Americanos (OEA) ha asegurado que los datos oficiales “están en línea” con los recabados por la misión de observadores que desplegó en el país el día de los comicios.
Sin embargo, Celestin, así como Moise Jean-Charles, de la Plataforma de los Hijos de Dessalines; y Marysse Narcisse, de Familias Lavalas, otros dos de los 27 candidatos que se presentaron a los comicios, han impugnado los resultados afirmando que cuentan con “pruebas sólidas” sobre un presunto fraude electoral.
Los seguidores de estos tres candidatos han protagonizado varias protestas que, en algunos casos, llegaron a ser violentas.