ACMEL, Haiti (EFE) – Haití está celebrando el carnaval de este año en medio de una intensa tensión política, con la convocatoria, para este lunes y martes, de una huelga general para exigir una reducción más significativa de los precios del combustible, así como la dimisión del presidente, Michel Martelly.
De hecho, la oposición ha lanzado duras críticas contra el mandatario por asistir a los festejos, en los que también estuvo presente la embajadora de Estados Unidos en el país, Pamela L. White.
Miles de haitianos participan todos los domingos, desde el 18 de enero, en una serie de fiestas pre carnaval, que culminarán en los tres días de desfile oficial que se celebrará desde el domingo 15 de febrero en la capital haitiana de Puerto Príncipe.
Independientemente del principal desfile de carnaval de la nación que se celebra todos los años en la capital, la ciudad sureña de Jacmel organiza, tradicionalmente, el suyo propio una semana antes.
El primer ministro de Haití, Evans Paul, felicitó a los organizadores del carnaval de Jacmel por el desfile y la creatividad de los artistas y diseñadores, que hicieron las máscaras y los disfraces que se exhibieron en la ciudad de Sur este domingo.
“Felicito a los organizadores y los artistas por su creatividad y un desfile muy bien organizado, con hermosos colores y grandes movimientos de baile,” apuntó Paul en declaraciones a EFE, y pidió a todos los participantes que celebrasen la jornada pacíficamente, para disfrutar de las fiestas de una forma moderada y responsable.
Muchos de los asistentes al carnaval de Jacmel provenían de la capital y tienen previsto volver a Puerto Príncipe el lunes por la mañana para reanudar sus actividades profesionales y personales.
Sin embargo, muchos temen ser víctimas de los ataques de los grupos de la oposición y sus partidarios que llamaron a la huelga general de dos días, una llamada iba acompañada de una amenaza para aquellos que no respeten el paro, por conducir en las calles o desarrollar sus actividades habituales.